«En un país donde el único patrón es el Estado, la oposición equivale a una muerte lenta por inanición. El viejo refrán de que el que no trabaja no come, ha sido sustituido por otro: el que no obedece no come.» León Trotsky.
«En mi estudio de las sociedades comunistas, llegué a la conclusión de que el propósito de la propaganda comunista no era persuadir, convencer ni informar, sino humillar, y cuando mucho menos correspondía a la realidad, mejor. Cuando las personas se ven obligadas a guardar silencio mientras escuchan las mentiras más obvias, o peor aún, cuando se ven obligados a repetir las mentiras, pierden su sentido de la probidad de una vez por todas … Una sociedad de mentirosos castrados es fácil de controlar» Theodore Dalrymple.
…«nada representaba tanto el retorno a la «tribu» como el comunismo, con la negación del individuo como ser soberano y responsable, regresado a la condición de parte de una masa sumisa a los dictados del líder, especie de santón religioso de palabra sagrada, irrefutable como un axioma, que resucitaba las peores formas de la demagogia y el chauvinismo.» Mario Vargas Llosa.
Una característica inseparable del Estado omnipotente en los países que sucumbieron a la imposición violenta del socialismo fue el totalitarismo y el autoritarismo.
Para entender estos conceptos consideremos su opuesto: la democracia liberal.
Tomando como punto de apoyo posiciones como las de Popper, Schumpeter, Buchanan y Hayek, no todas las democracias ofrecen las mismas condiciones para un orden social donde prevalezcan las libertades individuales e incluso, el estado de derecho. La redefinición minimalista de la democracia admite incluso regímenes que coaccionen directamente la libertad. Sólo el tipo específico de democracia denominado “democracia liberal” puede sostener la consistencia entre libertad y democracia, cuyos rasgos fundamentales quedan perfectamente sintetizados en lo que Ralf Dahrendorf consideraba que debía estar en el ámbito de lo permitido por una democracia: i) el cambio de los encargados del gobierno a través de procedimientos pacíficos y objetivos, sin conflictos ni violencia; ii) el control permanente a los que ejercen el poder, a través del sistema de pesos y contrapesos y el examen de las normas por parte de los parlamentos y otras instituciones que canalizan la representatividad del pueblo; y iii) la introducción de las demandas, intereses y preferencias en la vida política de los ciudadanos, de manera directa en las elecciones y de manera indirecta mediante las deliberaciones y negociaciones entre sus representantes. Para Dahrendorf, sólo si la democracia se sostiene en un orden liberal, puede cumplir estas funciones.
Efectivamente, la democracia liberal es una forma particular de democracia. Así, aunque estrictamente el término “democracia” sólo se refiere a un sistema de gobierno en que el pueblo ostenta la soberanía, el concepto de “democracia liberal” supone un sistema con las siguientes características: i) sufragio universal, materializado en el derecho a elegir y ser elegido en votaciones secretas y elecciones libres para una amplia mayoría de la población, que respaldan el mandato de un poder orientado a satisfacer las necesidades que prioriza la mayoría; ii) división de poderes del estado – donde por lo menos, los cuerpos ejecutivo y legislativo son elegidos mediante elecciones abiertas y libres – y una constitución que limita estos poderes y controla el funcionamiento del gobierno; iii) protección de los derechos de propiedad de manera generalizada; iv) existencia de diversidad de partidos políticos; v) libertad de expresión y libertad de prensa, incluyendo el acceso a fuentes de información alternativa a las propias del gobierno; vi) libertad de asociación; vii) libertad de modus vivendi en el marco de la ley; viii) ciudadanos educados e informados acerca de sus derechos y deberes, los cuales son sostenidos en su ejecución por un sistema judicial y coercitivo eficaz; ix) un marco institucional de protección a las minorías que reconozca la aplicación indivisible e inalienable de los derechos humanos; y x) las autoridades elegidas tienen poder y autoridad real para gobernar y no están sujetas a ningún control tutelar de las fuerzas armadas o a los líderes religiosos.
Lo que define a la democracia liberal es democracia basada en la regla de la mayoría con respeto a los derechos para las minorías. Toda democracia liberal debe estar sometida a la ley. Es decir, ser una democracia limitada. Limitada por la ley, que limita, además, el poder del ejercicio del gobierno. Darío. Totalitarismo Democrático o Democracia Liberal ¿Adónde Apunta Latinoamérica?
Por el contrario, los regímenes totalitarios controlan todos los aspectos de la vida de las personas. Todo está permanentemente vigilado. Se controla la economía, la política, la religión, la cultura, la ciencia, el deporte.
“Todo dentro del estado, nada fuera del estado, nada contra el estado”, en las palabras de Mussolini (Gurian, 1978). Zbigniew Brzezinski y Carl Friedrich caracterizaron al estado totalitario como ideología, un partido con un líder omnipotente, una economía controlada por el Estado, un monopolio en todas los formas de comunicación, control sobre el ejército, y un terror organizado de la policía secreta (1965). The Evolution of Totalitarianism
Los orígenes filosóficos del totalitarismo son tan antiguos como la humanidad. De hecho, durante milenios, gobernaron de manera omnímoda y totalitaria los reyes, emperadores, sultanes, zares y otros monarcas.
Dice Rousseau, en su famosa obra El Contrato Social, que las cláusulas del contrato «pueden reducirse a una: la total alienación de cada asociado, junto con todos sus derechos, a la totalidad de la comunidad, pues, en primer lugar, en la medida en que cada uno se entrega absolutamente, las condiciones serán iguales para todos, y esto, siendo así, significa que nadie tendrá interés en convertirse en una carga para otros».[101] El mismo Rousseau pensaba que quien no obedeciera a la autoridad debía ser castigado con la muerte porque ella era la voluntad del pueblo.[102] Más aún, según Rousseau, el espíritu completo de la nación podía «residir en una minoría iluminada que ha de actuar para su ventaja política».[103] Siguiendo estas ideas, Robespierre sintió que estaba legitimado para asesinar a miles, pues él se veía como el iluminado portador de la voz del pueblo.[104] El célebre jurista alemán Georg Jellinek advirtió de las consecuencias de esta doctrina totalitaria con gran claridad. Dice Jellinek:
El contrato social contiene una sola cláusula, esta es, la completa transferencia a la comunidad de todos los derechos del individuo. El individuo no retiene una partícula de sus derechos desde el momento en que entra al Estado. Todo lo que recibe en cuanto a derecho lo obtiene de la voluntad general, que es el único juez de sus propios límites y no puede ni debe ser restringida por la ley de ningún poder. Incluso la propiedad pertenece al individuo sólo por virtud de concesión estatal. El contrato social hace al Estado el amo de los bienes de sus miembros, quienes mantienen la posesión sólo como fidecomisarios de la propiedad pública.[105]
Según uno de los filósofos más importantes del siglo pasado, Isaiah Berlin, profesor de la Universidad de Oxford, la doctrina según la cual la libertad de las personas se consuma en el Estado fue la de la «servidumbre absoluta», lo que convierte a Rousseau en uno de los «más siniestros y formidables enemigos de la libertad en toda la historia del pensamiento moderno».[106]
Tal vez no hay lugar en el mundo en que el concepto de «democracia» carezca más de significado que en América Latina, donde, siguiendo la tradición totalitaria de Rousseau, quien pensaba que no debía haber límites a las decisiones de las mayorías porque el gobernante siempre representaba de manera infalible la «voluntad general» del pueblo, ha servido para expandir el poder del Estado de manera ilimitada. Axel Kaiser y Gloria Álvarez. El engaño populista. 2016.
El socialismo real y el fascismo fueron la expresión histórica del totalitarismo más relevantes del siglo XX. Lenin, el más pragmático heredero de los dogmas marxistas, y luego Stalin, encarnarían los deseos de justicia social, para lograr los cuales se justificaba que se convirtieran en dictadores con poderes absolutos, decidiendo sobre todo, incluyendo sobre la vida y la muerte.
… la usurpación de Lenin se vio bajo una luz diferente. Era el superhombre brutal cuyo advenimiento era anhelado por los aspirantes a filósofos. Era el espurio salvador elegido por la historia para traer la salvación por medio del derramamiento de sangre. ¿No era acaso el discípulo más ortodoxo del socialismo «científico» de Marx? ¿No era el hombre destinado a realizar los planes socialistas para cuya ejecución los débiles estadistas de las decadentes democracias eran demasiado tímidos? Todas las gentes bien intencionadas pedían el socialismo: la ciencia, por boca de los profesores infalibles, lo recomendaba; las iglesias predicaban el socialismo cristiano; los trabajadores suspiraban por la abolición del sistema de salarios. Aquí estaba el hombre capaz de satisfacer todos estos deseos y lo suficientemente cuerdo para saber que no se puede hacer la tortilla sin romper los huevos.
… Este fue el verdadero significado de la revolución de Lenin. Todas las ideas tradicionales en materia de derecho y legalidad fueron arrojadas por la borda. La regla de violencia irrestricta y de usurpación sustituyó al régimen de derecho. El «estrecho horizonte de la legalidad burguesa», según la apodó Marx, se abandonó. En adelante ninguna ley podría ya limitar por más tiempo el poder de los elegidos. Eran libres de matar ad libitum. Los impulsos innatos del hombre de exterminar por la violencia a todos aquellos por quienes siente aversión, reprimidos por una evolución larga y pesada, brotaron abiertamente. Los demonios fueron desencadenados. Se inauguró una nueva era, la era de los usurpadores. Los malhechores fueron llamados a la acción y escucharon la voz.
… La historia lo había elegido únicamente a él, y le había confiado el poder dictatorial. Él era el único dictador «legítimo», porque… una voz interior se lo había revelado. Lenin no era suficientemente perspicaz para prever que otros hombres, imbuidos de creencias diferentes, serían suficientemente audaces para pretender que ellos también habían sido llamados por una voz interior. Sin embargo, pocos años después, dos hombres parecidos, Mussolini y Hitler, llegaron a descollar considerablemente. Ludwig von Mises. Socialismo: Análisis Económico y Sociológico. Unión Editorial, 2007.
El carácter represivo, genocida e inmoral del comunismo soviético fue revelado por Alexander Solyenitzin en su libro El Archipiélago Gulag publicado a fines de 1974, quien pasó 8 años de prisión en el infierno de los campos de concentración soviéticos.
El Archipiélago Gulag es uno de esos libros que hacen Historia por el sólo hecho de atreverse a narrarla. Antes de su publicación, los simpatizantes del comunismo y los intelectuales marxistas en general podían hasta cierto punto rechazar las críticas al sistema soviético calificándolas de “propaganda capitalista”. Después, hasta los más recalcitrantes tuvieron que terminar admitiendo que el régimen impuesto por la Revolución Bolchevique se apoyó en el terror y en el horror. Y, aún así, — o quizás precisamente también por eso — terminó colapsando y derrumbándose en 1989.
Esta obra de Solyenitzin trata sobre el sistema de campos de concentración y trabajos forzados diseminados por toda Rusia. GULAG es el acrónimo en ruso por “Administración Central de Campos Correccionales de Trabajo” El título original del libro en ruso es: “Arkhipelag GULag” con dos palabras que riman no por casualidad.
La narrativa, compuesta en parte por el testimonio personal de Solyenitzin y en parte por el de 227 testigos que aportaron sus vivencias, sigue el devenir del sistema soviético de campos de concentración y de trabajos forzados desde sus inicios en 1918 hasta, aproximadamente, 1956. Incluye el tratamiento de los decretos originales emitidos por Lenin muy poco después de la Revolución Bolchevique, las diferentes purgas y oleadas o “riadas” que alimentaron la población de los campos y llega hasta el año en que Krushev pronunció su famoso “discurso secreto” (que ya no es secreto) ante el XX Congreso del Partido de 1956 en el cual denunció el “culto a la personalidad” instituido por Stalin.
Hasta la publicación de El Archipiélago Gulag eran muchos los que afirmaban que todo el sistema de campos de concentración soviético no constituía más que una “desviación” del comunismo. Desviación ésta íntegramente imputable al Stalin quien gobernó a Rusia entre 1928 y 1953. Y precisamente, uno de los grandes méritos de Solyenitzin es el haber destruido este mito ya que su obra rastrea la estructura material y jurídica del sistema represor soviético hasta el propio Lenin. De hecho, queda demostrado que esta estructura, en sus características esenciales, no sólo fue instaurada en tiempos de Lenin sino diseñada e implantada directamente por Lenin mismo. A esta conclusión se arriba de una manera forzada considerando las leyes aprobadas y hasta redactadas en borrador por Lenin; con lo cual Stalin emerge, no como el hombre que se apartó del camino trazado por el padre del comunismo soviético, sino como un realizador práctico de procedimientos y objetivos preexistentes a los cuales, indudablemente, les impuso su terrible y siniestra impronta personal.
Ello, demás está decirlo, pone en duda toda la validez moral del comunismo soviético. No se trata, pues, de una bella utopía leninista que degeneró por culpa del stalinismo. De lo que se trata es de una utopía que nació envenenada de odios, rencores, arbitrariedades y crueldades desde sus mismos inicios y que terminó derrumbándose por su propia inviabilidad intrínseca. Prólogo a “El Archipiélago Gulag” de Alexander Solyenitzin, 2007.
Todos los analistas concuerdan en que fue Iósif Stalin quien llevaría al totalitarismo a su máxima expresión en la Unión Soviética desde 1924 hasta 1953.
Muchos eruditos han argumentado que la Unión Soviética de Stalin no tenía precedentes ni parangón tanto en la escala de sus crímenes patrocinados por el Estado como en el control masivo de su población (Courtois et al., 1999). El terrorismo de Estado fue perseguido por una policía secreta vengativa (NKVD) que era uno de los medios más esenciales para sostener al régimen. El NKVD tenía una amplia gama de agentes civiles y militares. Informaba sobre diversos aspectos de las actividades sociales y políticas, regulaba la censura de la comunicación y la libertad de expresión con fines “preventivos”, y ejecutaba varios millones de posibles y “verdaderos” opositores del Estado. Incluso los miembros del Partido Comunista de la Unión Soviética estaban bajo constante amenaza de ser reportados. Como resultado, alrededor de medio millón de miembros del partido fueron ejecutados en 1938. Así, el Estado penetró no sólo en las vidas de los soviéticos promedio, sino también en las vidas de los representantes del establishment político (Kenez, 2006).
A pesar de la separación formal del poder entre el Estado y el Partido, todos los procesos de toma de decisiones estaban bajo el control total de Stalin: “… no habría ningún Estado sin la función del Partido controlador, ni ninguna nación sin su líder omnipotente” (Shukman, 2005: 10).
Desde una perspectiva ideológica, la Unión Soviética de Stalin percibió el capitalismo como la principal amenaza para la ideología marxista-leninista dominante del partido. Encarnado con el poder político supremo, Stalin inició programas viciosos destinados a limpiar los “restos del capitalismo” de la sociedad (Kennan, 1946: 570). Uno de estos programas fue la colectivización forzada de la agricultura, un proceso llamado Dekulakization. Los Kulaks, la clase de campesinos más ricos, eran considerados “protocapitalistas” (Fitzpatrick, 2002: 43). Sus bienes fueron confiscados y ejecutados, deportados a campos de trabajo o encarcelados por la policía secreta. En teoría, esta “reforma” estaba dirigida a la rápida modernización e industrialización de la economía soviética. En cambio, causó un déficit alimentario y millones de campesinos soviéticos y ucranianos murieron de “genocidio de hambruna” en 1933. El fracaso de los programas económicos fue achacado a las víctimas, una táctica común en el estado soviético estalinista. Los campesinos que se opusieron a la colectivización y la dekulakización fueron acusados de ser “sospechosos contrarrevolucionarios”, lo que fue utilizado como excusa para renovar represiones masivas.
Se puede suponer que el régimen consideraba a los ciudadanos soviéticos como sacrificios necesarios para los “ideales superiores del socialismo” (Naimark, 2010: 18) y veía las muertes humanas como “estadísticas” en la búsqueda de este objetivo (citando a Stalin), o que el Estado priorizaba su propia expansión del poder sobre el bienestar de sus ciudadanos con el fin de lograr un control total sobre la economía, y el terror del Estado fue una parte inicial de “… La visión de la modernización de Stalin” (Lee, 1999: 32). Un cambio gradual en la política soviética ocurrió después de la muerte de Stalin, y las prioridades de los ciudadanos soviéticos pasaron de luchar por la supervivencia a adquirir una posición menos subyugada en relación con el estado (Patrikeef, 2005).
Desde una perspectiva ideológica, la Unión Soviética de Stalin percibió el capitalismo como la principal amenaza para la ideología marxista-leninista dominante del partido. Encarnado con el poder político supremo, Stalin inició programas viciosos destinados a limpiar los “restos del capitalismo” de la sociedad (Kennan, 1946: 570). Uno de estos programas fue la colectivización forzada de la agricultura, un proceso llamado Dekulakization. Los Kulaks, la clase de campesinos más ricos, eran considerados “protocapitalistas” (Fitzpatrick, 2002: 43). Sus bienes fueron confiscados y ejecutados, deportados a campos de trabajo o encarcelados por la policía secreta. En teoría, esta “reforma” estaba dirigida a la rápida modernización e industrialización de la economía soviética. En cambio, causó un déficit alimentario y millones de campesinos soviéticos y ucranianos murieron de “genocidio de hambruna” en 1933. El fracaso de los programas económicos fue achacado a las víctimas, una táctica común en el estado soviético estalinista. Los campesinos que se opusieron a la colectivización y la dekulakización fueron acusados de ser “sospechosos contrarrevolucionarios”, lo que fue utilizado como excusa para renovar represiones masivas. Se puede suponer que el régimen consideraba a los ciudadanos soviéticos como sacrificios necesarios para los “ideales superiores del socialismo” (Naimark, 2010: 18) y veía las muertes humanas como “estadísticas” en la búsqueda de este objetivo (citar a Stalin), o que el Estado priorizaba su propia expansión del poder sobre el bienestar de sus ciudadanos con el fin de lograr un control total sobre la economía, y el terror del Estado fue una parte inicial de “… La visión de la modernización de Stalin” (Lee, 1999: 32). Un cambio gradual en la política soviética ocurrió después de la muerte de Stalin, y las prioridades de los ciudadanos soviéticos pasaron de luchar por la supervivencia a adquirir una posición menos subyugada en relación con el estado (Patrikeef, 2005). The Evolution of Totalitarianism: From Stalin to Putin
Stalin purgó sistemáticamente al Partido Comunista de sus oponentes. Cientos de miembros del partido fueron fusilados. … Todos los miembros del Politburó de Lenin, excepto Stalin y Trotsky, fueron asesinados o se suicidaron para evitar la ejecución.
Desde los días de la Inquisición no se había aplicado la prueba de lealtad ideológica a tanta gente. Y desde los días de la Revolución Francesa muchos murieron por no pasar la prueba. Los arrestos se multiplicaron por diez en 1936 y 1937. Cualquier cosa se utilizó como excusa para un arresto: bailar demasiado tiempo con un diplomático japonés, no aplaudir lo suficientemente fuerte o lo suficiente después de uno de los discursos de Stalin, comprar comestibles de un ex kulak. La gente fue a trabajar un día y simplemente no regresó: fueron asesinados de inmediato o enviados al GULAG. El NKVD [el servicio secreto, hoy KGB] empleó a millones de informantes secretos que se infiltraron en todos los lugares de trabajo. La mayoría de los académicos y escritores llegaron a esperar el arresto, el exilio y la prisión como parte de sus vidas. Un historiador podría ser enviado al exilio por describir a Juana de Arco como nerviosa y tensa justo cuando la línea general del partido deseaba que la describiera como tranquila frente a la muerte. Cuando una teoría lingüística que sostenía que todo el lenguaje se derivaba de cuatro sonidos fue aceptada como oficial, los profesores que se opusieron a este punto de vista fueron confiscados sus libros. Para 1938, al menos un millón de personas estaban en prisión, unos 8,5 millones habían sido arrestados y enviados al GULAG y casi 800,000 habían sido ejecutados. De hecho, antes de que el KGB se disolviera en 1991, se reveló que 47 millones de ciudadanos soviéticos habían muerto como resultado de la colectivización forzada y las purgas. Esa cifra, por supuesto, representa la cuenta registrada. Cuántas personas más murieron sin ser registradas es una cuestión de conjeturas. Steven Kreis. La era del totalitarismo: Stalin y Hitler, 2000.
En la propia Rusia, todos los líderes posteriores han sido definidos por su actitud hacia él [Stalin]. Nikita Khrushchev en 1956 denunció el “culto a la personalidad” de Stalin y liberó a millones de los campos de trabajo. Pero mantuvo los elementos esenciales del sistema político y económico que heredó de Stalin, y permaneció intacto hasta los años 80.
… Bajo el sucesor de Khrushchev, Leonid Brezhnev, quien gobernó desde 1964 hasta 1982, toda la cuestión de Stalin se volvió a guardar en frío. Simplemente no lo mencionaban, y toda la degradación moral y la confusión causada por esos años no se explicaron a toda una generación.
Como escribió el periódico Izvestiya en un artículo conmemorativo, “solo Dios sabe cuándo [el país] se levantará del foso de Stalin de una vez por todas, pero el proceso ha comenzado”. Angus Roxburgh. How Russia faced its dark past, 2003.
León Trotsky fue un intelectual marxista ortodoxo y un crítico del dictador soviético José Stalin. Al morir Lenin, Stalin se hizo con el poder y Trotsky tuvo que huir y vivir exiliado fuera de Rusia hasta que fue asesinado en la ciudad de México. Para él, el totalitarismo y el desastre económico soviético posterior a la época leninista, eran culpa de Stalin, no del socialismo. Pero la verdad, el totalitarismo era una herencia de Lenin.
Todo lo que Stalin hacía no era socialismo verdadero y comunismo verdadero, sino, por el contrario, su completa negación, una perversión monstruosa de los elevados principios de Marx y Lenin. Todos los rasgos desastrosos del control público de la producción y distribución que se practicaba en Rusia eran resultado de la política de Stalin, según la interpretación de Trotsky, y no las consecuencias inevitables de los métodos comunistas.
Eran fenómenos concomitantes del estalinismo y no del comunismo, y atribuía a la culpa exclusiva de Stalin que una burocracia irresponsable y absolutista se hubiera impuesto, que una clase de oligarcas privilegiados gozaran de lujos mientras las masas vivían en los umbrales del hambre; que un régimen terrorista ejecutara a la vieja guardia de revolucionarios y condenara a millones de gentes a trabajar como esclavos en los campos de concentración, que la policía secreta fuese todopoderosa, que los sindicatos obreros fueran impotentes, y que las masas estuvieran privadas de todos los derechos y libertades. Stalin no era campeón de la sociedad igualitaria, sin clases, sino el iniciador de un regreso a los peores métodos del gobierno de clase y de la explotación. Una nueva capa gobernante, en la proximidad del diez por ciento de la población, oprimía sin piedad y explotaba a la inmensa mayoría de afanados proletariados.
… La verdad de todo esto es que Trotsky le encontraba a Stalin un solo defecto: que era el dictador, en vez de que lo fuera Trotsky. En su rivalidad ambos tenían razón: Stalin, al sostener que su régimen era la encarnación de los principios comunistas, y Trotsky, al asegurar que el régimen de Stalin había convertido a Rusia en un infierno. Ludwig von Mises. Socialismo: Análisis Económico y Sociológico. Unión Editorial, 2007.
El totalitarismo soviético tiene sus raíces en el marxismo. Los principales intelectuales de la revolución bolchevique justificaron sus principios totalitarios. Con Lenin, el reino del terror inició desde el principio de la revolución y Stalin lo llevó a nuevos niveles. Ralph Raico logra exponer en un solo escrito los orígenes y los hechos aciagos de uno de las mayores procesos de eliminación selectiva de ciudadanos civiles ejecutado por un gobierno en la historia de la humanidad, por lo que transcribo buena parte de su artículo.
Nikolai Bujarin, uno de los principales “viejos bolcheviques”, escribió en 1919, junto con Evgeny Preobrazhensky, uno de los textos bolcheviques más leídos. Fue el ABC del Comunismo, una obra que pasó por dieciocho ediciones soviéticas y fue traducida a veinte idiomas. Bujarin y Preobrazhenski “fueron considerados como los dos economistas más capaces del partido”. 10 Según ellos, la sociedad comunista es, en primer lugar, “una sociedad organizada”, basada en un plan detallado y calculado con precisión, que incluye la “asignación” de mano de obra a las diversas ramas de producción. En cuanto a la distribución, según estos eminentes economistas bolcheviques, todos los productos se entregarán en almacenes comunales, y los miembros de la sociedad los extraerán de acuerdo con sus necesidades autodefinidas. 11
Las menciones favorables de Bujarin en la prensa soviética ahora se consideran signos emocionantes de las glorias del glasnost, y en su discurso del 2 de noviembre de 1987, Mikhail Gorbachev lo rehabilitó parcialmente. 12 Debe recordarse que Bujarin es el hombre que escribió: “Procederemos a una estandarización de los intelectuales; los fabricaremos como en una fábrica” 13 y quien declaró, en justificación de la tiranía leninista:
La coerción proletaria, en todas sus formas, desde las ejecuciones hasta el trabajo forzoso, es, por paradójico que parezca, el método para moldear a la humanidad comunista del material humano del período capitalista. 14
La conformación del “material humano” a su disposición en algo más elevado, la fabricación del nuevo hombre soviético, Homo sovieticus, fue esencial para su visión de todos los millones de individuos en la sociedad que actúan juntos, con una mente y una voluntad, 15 y fue compartido por todos los líderes comunistas. Fue con este fin, por ejemplo, que Lilina, la esposa de Zinoviev, se pronunció a favor de la “nacionalización” de los niños, para convertirlos en buenos comunistas. 16
El más articulado y brillante de los bolcheviques lo expresó de manera más clara y mejor. Al final de su Literatura y Revolución, escrita en 1924, Leon Trotsky colocó las famosas y justamente ridiculizadas últimas líneas: Bajo el comunismo, escribió: “El tipo humano promedio se elevará a las alturas de un Aristóteles, un Goethe o un Marx. Y sobre esta cresta se levantarán nuevos picos”. Sin embargo, esta deslumbrante profecía estaba justificada en su mente por lo que había escrito en las pocas páginas anteriores. Bajo el comunismo, el hombre “reconstruirá la sociedad y a sí mismo de acuerdo con su propio plan”. La “vida familiar tradicional” se transformará, las “leyes de la herencia y la selección sexual ciega” serán obviadas, y el propósito del hombre será “crear un tipo de biología social superior o, si lo desea, un superhombre. (La cita completa se puede encontrar en el artículo sobre Trotsky en este volumen).
Sugiero que lo que tenemos aquí, en la absoluta obstinación de Trotsky y los otros bolcheviques, en su impulso de reemplazar a Dios, la naturaleza y el orden social espontáneo con una planificación total y consciente por sí mismos, es algo que trasciende la política en cualquier sentido ordinario del término. Bien puede ser que para comprender lo que está en cuestión, debemos ascender a otro nivel, y que para comprenderlo es más útil que las obras de los economistas y teóricos políticos liberales clásicos la excelente novela del gran apologista cristiano CS Lewis, That Hideous Strength..
Ahora, los cambios fundamentales en la naturaleza humana que los líderes comunistas se comprometieron a hacer requieren, en la naturaleza del caso, un poder político absoluto en unas pocas manos directas. Durante la Revolución Francesa, Robespierre y los otros líderes jacobinos se propusieron transformar la naturaleza humana de acuerdo con las teorías de Jean-Jacques Rousseau. Esta no fue la única causa, pero seguramente fue una de las causas del Reino del Terror. Los comunistas pronto descubrieron lo que los jacobinos habían aprendido: que tal empresa requiere que el terror se erija en un sistema de gobierno. 18
El terror rojo comenzó desde el principio. En su celebrado discurso de noviembre de 1987, Gorbachov confinó el Reino del Terror Comunista a los años de Stalin y declaró:
Muchos miles de personas dentro y fuera del partido fueron sometidas a medidas represivas al por mayor. Tal, camaradas, es la amarga verdad. 19
Pero de ninguna manera es esta la totalidad de la amarga verdad. A fines de 1917, los órganos represivos del nuevo estado soviético se habían organizado en la Cheka, más tarde conocida por otros nombres, incluidos OGPU, NKVD y KGB. Los diversos mandatos bajo los cuales operaba la Cheka pueden ilustrarse mediante una orden firmada por Lenin el 21 de febrero de 1918: que hombres y mujeres de la burguesía sean reclutados en batallones laborales para cavar trincheras bajo la supervisión de los Guardias Rojo, “aquellos que se resisten serán fusilados”. Otros, incluidos los “especuladores” y los agitadores contrarrevolucionarios, “debían ser fusilados en la escena de su crimen“. A un bolchevique que se opuso a la redacción, Lenin respondió: “¿Seguramente no te imaginas que saldremos victoriosos sin aplicar el terror revolucionario más cruel?” 20
El número de ejecuciones de la Cheka que ascendieron a asesinatos legalizados en el período comprendido entre fines de 1917 y principios de 1922, incluidas las víctimas de los Tribunales Revolucionarios y el propio Ejército Rojo, ni los insurgentes asesinados por la Cheka, ha sido estimado por una autoridad en 140,000. 21 Como punto de referencia, considere que el número de ejecuciones políticas bajo el régimen represivo zarista de 1866 a 1917 fue de aproximadamente 44,000, incluso durante y después de la Revolución de 1905 22 (excepto que las personas ejecutadas fueron sometidas a juicios), y la cifra comparable para el Reino Revolucionario del Terror francés fue de dieciocho a veinte mil. 23 Claramente, con el primer estado marxista algo nuevo había llegado al mundo.
En el período leninista, es decir, hasta 1924, también cayó la guerra contra el campesinado que era parte del “comunismo de guerra” y las condiciones de hambruna, que culminaron con la hambruna de 1921, que resultó del intento de realizar el sueño marxista. La mejor estimación del costo humano de esos episodios es de alrededor de 6 millones de personas. 24
Pero la culpa de Lenin y los viejos bolcheviques, y del propio Marx, no termina aquí. Gorbachov afirmó que “el culto a la personalidad de Stalin ciertamente no era inevitable”.
“Inevitable” es una palabra grande, pero si no hubiera ocurrido algo como el estalinismo, habría sido casi un milagro. Despreciando lo que Marx y Engels habían ridiculizado como mera libertad “burguesa” y jurisprudencia “burguesa”, 25 Lenin destruyó la libertad de prensa, abolió todas las protecciones contra el poder policial y rechazó cualquier indicio de división de poderes y controles y equilibrios en el gobierno. Hubiera ahorrado a los pueblos de Rusia una inmensa cantidad de sufrimiento si Lenin, y Marx y Engels antes que él, no hubieran descartado tan bruscamente el trabajo de hombres como Montesquieu y Jefferson, Benjamin Constant y Alexis de Tocqueville. Estos escritores habían estado preocupados por el problema de cómo frustrar el impulso siempre presente del estado hacia el poder absoluto. Expusieron, a menudo en minucioso detalle, los arreglos políticos que se requieren, las fuerzas sociales que deben nutrirse para evitar la tiranía. Pero para Marx y sus seguidores bolcheviques, esto no era más que “ideología burguesa” obsoleta y sin relevancia para la futura sociedad socialista. Cualquier rastro de descentralización o división del poder, la más mínima sugerencia de una fuerza compensatoria a la autoridad central de los “productores asociados”, era directamente contraria a la visión de la planificación unitaria de toda la vida social.26
El número de víctimas entre los campesinos fue aún mayor bajo la colectivización de Stalin 27 y la hambruna de 1933, esta vez deliberada, destinada a aterrorizar y aplastar a los campesinos, especialmente a Ucrania. Nunca sabremos la verdad completa de este crimen demoníaco, pero parece probable que tal vez 10 o 12 millones de personas perdieron la vida como resultado de estas políticas comunistas, tantos o más que el total de todos los muertos en todos los ejércitos en la primera Guerra Mundial. 28
Uno está aturdido. ¿Quién podría haber concebido que dentro de unos años lo que los comunistas harían en Ucrania rivalizaría con las terribles carnicerías de la Primera Guerra Mundial: Verdun, Somme, Passchendaele?
Murieron en el infierno, lo llamaron Passchendaele.
Pero, ¿qué palabra usar, entonces, para lo que los comunistas hicieron de Ucrania? Vladimir Grossman, un novelista ruso que experimentó la hambruna de 1933, escribió sobre ello en su novela Forever Flowing, publicada en Occidente. Un testigo presencial de la hambruna en Ucrania declaró:
Entonces llegué a comprender que lo principal para el poder soviético es el Plan. Cumplir el Plan … Padres y madres intentaron salvar a sus hijos, ahorrar un poco de pan, y les dijeron: Odias a nuestro país socialista, quieres arruinar el Plan, son ustedes parásitos, kulaks, demonios, reptiles. Cuando tomaron el grano, les dijeron a los miembros de kolkhoz [granjas colectivas] que serían alimentados con el fondo de reserva. Ellos mintieron. No darían grano a los hambrientos. 29
Los campos de trabajo forzado para “enemigos de clase” ya se habían establecido bajo Lenin, ya en agosto de 1918. 30 Se ampliaron enormemente bajo su sucesor. Alexander Solzhenitsyn los comparó con un archipiélago extendido a través del gran mar de la Unión Soviética. Los campamentos crecieron y crecieron. ¿Quiénes fueron enviados allí? Cualquiera con sentimientos zaristas persistentes y miembros recalcitrantes de las clases medias, liberales, mencheviques, anarquistas, sacerdotes y laicos de la Iglesia ortodoxa, bautistas y otros disidentes religiosos, “destructores”, sospechosos de todas las descripciones, entonces, “kulaks” y campesinos por los cientos de miles
Durante la Gran Purga de mediados de la década de 1930, los burócratas e intelectuales comunistas fueron víctimas, y en ese momento había un cierto tipo de pensador en Occidente que ahora comenzó a notar los campos y las ejecuciones, por primera vez. Se enviaron más masas de seres humanos después de las anexiones del este de Polonia y los estados bálticos; luego los prisioneros de guerra enemigos, las “nacionalidades enemigas” internas y los prisioneros de guerra soviéticos que regresan (vistos como traidores por haberse rendido), que inundaron los campos después de 1945, en palabras de Solzhenitsyn, “enormes y gruesos bancos grises como arenques oceánicos.” 31
El más notorio de los campamentos fue Kolyma, en el este de Siberia, en realidad un sistema de campamentos cuatro veces más grande que Francia. Allí, la tasa de mortalidad puede haber sido tan alta como 50 por ciento por año 32 y el número de muertes probablemente fue del orden de 3 millones. Pero sigue y sigue. En 1940 fue Katyn y el asesinato de los oficiales polacos; en 1952, los líderes de la cultura yiddish en la Unión Soviética fueron liquidados en masa 33, ambas gotas en el cubo de Stalin. Durante las Purgas, probablemente hubo alrededor de 7 millones de arrestos, y uno de cada diez arrestados fue ejecutado. 34
¿Cuántos murieron en total? Nadie lo sabrá nunca. Lo que es seguro es que la Unión Soviética ha sido la peor morgue maloliente de todo el horrible siglo XX, peor incluso que la que crearon los nazis (pero luego tuvieron menos tiempo). 35 La suma total de muertes debidas a la política soviética, solo en el período de Stalin, las muertes por la colectivización y la hambruna del terror, las ejecuciones y el Gulag, probablemente sean del orden de 20 millones. 36
A medida que el glasnost avanza,y estos hitos de la historia soviética se descubren y exploran en mayor o menor grado, es de esperar que Gorbachov y sus seguidores no dejen de señalar con el dedo acusador a Occidente por el papel que desempeñó en enmascarar estos crímenes. Me refiero al vergonzoso capítulo de la historia intelectual del siglo XX que involucra a los compañeros de viaje del comunismo soviético y sus disculpas por el estalinismo. Los estadounidenses, especialmente los estudiantes universitarios estadounidenses, se han familiarizado con los errores del macartismo en nuestra propia historia. Esto es como debería ser. El acoso y la humillación pública de personas privadas inocentes es inicuo, y el gobierno de los Estados Unidos siempre debe cumplir con los estándares establecidos por la Declaración de Derechos.37 y mintió y evadió la verdad para proteger la patria del socialismo, mientras millones fueron martirizados. No solo George Bernard Shaw, 38 Sidney y Beatrice Webb, Harold Laski y Jean-Paul Sartre, sino, por ejemplo, el corresponsal en Moscú del New York Times, Walter Duranty, quien les dijo a sus lectores, en agosto de 1933, en el apogeo de la hambruna:
Cualquier informe de hambruna en Rusia es hoy una exageración o propaganda maligna. Sin embargo, la escasez de alimentos que ha afectado a casi toda la población en el último año y particularmente en las provincias productoras de granos —Ucrania, el Cáucaso del Norte, la región baja del Volga— ha causado grandes pérdidas de vidas. 39
Por su informe “objetivo” de la Unión Soviética, Duranty ganó un Premio Pulitzer. 40
O, para tomar a otro compañero de viaje prácticamente al azar, debemos tener en cuenta el valioso trabajo de Owen Lattimore de la Universidad Johns Hopkins. El profesor Lattimore visitó Kolyma en el verano de 1944, como ayudante del vicepresidente de los Estados Unidos Henry Wallace. Escribió un informe brillante sobre el campo y sobre su jefe de guardia, el Comandante Nikishov, para el National Geographic. 41 Lattimore comparó a Kolyma con una combinación de Hudson’s Bay Company y TVA. 42 El número de los influyentes compañeros de viaje estadounidenses era, de hecho, legión, y no puedo pensar en ningún principio moral que justifique nuestro olvido de lo que hicieron y de lo que hicieron en ayuda.
En su discurso del 2 de noviembre, Gorbachov declaró que Stalin era culpable de “crímenes enormes e imperdonables” y anunció que una comisión especial del Comité Central preparará una historia del partido comunista de la Unión Soviética que reflejará las realidades del gobierno de Stalin. Andrei Sakharov ha pedido la divulgación completa de “toda la terrible verdad de Stalin y su era”. 43 ¿Pero pueden los líderes comunistas realmente permitirse decir toda la verdad? En el XX Congreso del Partido en 1956, Nikita Khrushchev reveló la punta del iceberg de los crímenes estalinistas, y Polonia se levantó y tuvo lugar la inmortal Revolución Húngara, cuando lo hicieron.
¿Qué significaría revelar toda la verdad? ¿Podrían los líderes comunistas admitir, por ejemplo, que durante la Segunda Guerra Mundial, “las pérdidas infligidas por el estado soviético sobre su propio pueblo rivalizaban con las que los alemanes pudieron infligir en el campo de batalla”? ¿Que “los campos de concentración nazis eran versiones modificadas de los originales soviéticos”, cuya evolución había seguido con cuidado el liderazgo alemán? En resumen, ¿”la Unión Soviética no es solo el estado asesino original, sino el modelo”? 44 Si lo hicieran, ¿cuáles podrían ser las consecuencias esta vez?
Pero el hecho de que las víctimas del comunismo soviético nunca puedan ser plenamente reconocidas en sus países de origen es una razón más por la cual, como una cuestión de justicia histórica, nosotros en Occidente debemos esforzarnos por mantener viva su memoria. Ralph Raico. Marxist Dreams and Soviet Realities.
El fascismo, la otra ideología totalitaria más relevante del siglo XX, comparte muchas características con el socialismo marxista. En su estudio El Fascismo, Stanley Payne establece una tipología de características genéricas que compartían todos los tipos de fascismo:
1) jefatura carismática de un líder; 2) autoritarismo de partido único;3) estado autoritario y economía corporativista, sindicalista o socialista parcial, 4) nacionalismo y discriminación étnica; y 5) activismo violento y voluntarista de la acción política.
A pesar de todo lo que se ha dicho, la memoria popular revela que de todos los regímenes totalitarios del siglo XX, ninguno fue más aterrador que el de la Alemania nazi. Como producto de Hitler, la situación social y política de Alemania, y el ataque general al liberalismo, la Alemania nazi surgió rápidamente después de 1933 cuando Hitler llegó al poder. Los nazis aplastaron a todas las organizaciones independientes, movilizaron la economía y comenzaron el exterminio sistemático de la población judía y otras poblaciones no alemanas.
En el ámbito económico, todas las huelgas se hicieron ilegales y se abolieron los sindicatos. Los miembros de organizaciones profesionales como médicos, abogados, profesores e ingenieros fueron absorbidos en organizaciones nazis. En la esfera cultural, la prensa ahora se siente bajo el control total del estado. Las listas negras se convirtieron en la regla, los libros fueron quemados, el arte moderno fue prohibido y el anti-intelectualismo se convirtió en la regla del día. Steven Kreis. La era del totalitarismo: Stalin y Hitler, 2000.
Para Raymond Aron, la característica central del fascismo fue el totalitarismo, compartida con el comunismo soviético:
El nacionalsocialismo se hizo cada vez menos conservador a medida que su reino se prolongaba. Los jefes del ejército, los descendientes de las grandes familias, fueron colgados de ganchos de carnicero, junto con los líderes de la socialdemocracia, la dirección de la economía ganaba gradualmente, el partido se esforzaba por modelar a Alemania y, si hubiera podido, a Europa entera, conforme a su ideología. Por la confusión entre partido y Estado, por la puesta en línea de las organizaciones independientes por la transformación de una doctrina partidaria en una ortodoxia nacional, por la violencia de los procedimientos y el poder desmesurado de la policía, el régimen hitleriano ¿no se parece más al bolchevique, que a los ensueños de los contrarrevolucionarios? ¿No se reúnen derecha e izquierda, o seudo derecha fascista y seudo izquierda comunista, en el totalitarismo? Raymond Aron. El Opio de los Intelectuales. 1967, Siglo XX.
La idea de que nuestros socialistas del siglo XXI, herederos de Fidel Castro y, luego, de Hugo Chávez, se encuentran emparentados con el fascismo ha sido elaborada de la mejor manera por el intelectual Juan Claudio Lechín en su interesante libro Las máscaras del fascismo. En él, Lechín muestra que si se realiza un estudio comparativo en términos de procedimientos políticos, discursivos y mecanismos de concentración de poder entre Chávez, Castro, Morales, Mussolini, Franco y Hitler, se constata que todos ellos pueden ser considerados fascistas. Lechín desarrolla lo que denomina el «índice facho», compuesto por doce elementos que vale la pena reproducir para entender cómo nuestros líderes del socialismo populista del siglo XXI se emparentan con tiranos europeos.
El caudillo fascista, según Lechín, es mesiánico, carismático y de origen plebeyo; su brazo son grupos de choque militares o paramilitares; su lengua es la de la propaganda política; su fe, la fantasía redentora; su oído, servicios de inteligencia y soplones; busca la refundación de la patria y la reforma constitucional; destruye las instituciones liberales; es antiliberal y antinorteamericano; logra que él sea identificado con el partido; que el partido sea identificado con el Estado; el Estado, con la nación; la nación, con la patria; la patria, con el pueblo, y el pueblo, con la historia épica. El pueblo es adepto al caudillo, y este último se perpetúa en el poder y promueve valores medievales como el coraje militar.[14] Estos son, explica Lechín, los elementos centrales del fascismo, y se aplican a personajes como Castro, Mao Zedong y Stalin, cuyos métodos fueron idénticos a los de Hitler. La reflexión de Lechín es importante porque, además de dejar claro que nuestros populistas son de tradición fascista, plantea de una vez algo que ya diversos historiadores y pensadores han señalado: la identidad entre la doctrina marxista o comunista y el socialismo nacionalista o fascismo. Dice Lechín:
La diferencia más grande entre nazi- fascismo y comunismo soviético es que unos fueron derrotados en la segunda guerra mundial y el otro no. De ahí en adelante, la propaganda comunista fabricó diferencias irreconciliables, aunque inexistentes, con el fin de liberarse de toda asociación con el barco hundido y de poder seguir vendiendo la fantasía ideológica en un mundo por conquistar.[15]
Lechín deja así en evidencia uno de los tantos mitos que ha construido la izquierda mundial, y que consiste en que esta no es fascista, cuando la verdad es que ambas doctrinas, como dice el autor, aplican el mismo modelo político, aunque su impacto, discurso y estilo sean distintos.[16] Esta, por cierto, no es sólo una tesis de Lechín. El prestigioso intelectual francés Jean-François Revel, un excomunista converso, explicó en su ensayo sobre la supervivencia de la utopía socialista exactamente lo mismo. Según Revel, el comunismo y el nazismo son ideologías hermanas a tal punto que el nazismo es el heredero ideológico del comunismo. Revel recuerda que el mismo Hitler confesó en una oportunidad qué él era el «realizador del marxismo» y que era un profundo conocedor de la obra de Marx.[17] Hitler agregaría:
No voy a ocultar que he aprendido mucho del marxismo […]. Lo que me ha interesado e instruido de los marxistas son sus métodos […]. Todo el nacionalsocialismo está contenido en él […], las sociedades obreras de gimnasia, las células de empresa, los desfiles masivos, los folletos de propaganda redactados especialmente para ser comprendidos por las masas. Todos estos métodos nuevos de lucha política fueron inventados por los marxistas. No he necesitado más que apropiármelos y desarrollarlos para procurarme el instrumento que necesitábamos.[18]
Según explica Revel, el parentesco ideológico del marxismo con el nazismo va tan lejos que incluso el antisemitismo de los nazis fue en buena medida heredado del marxismo. Hitler conocía a la perfección el famoso Ensayo sobre la cuestión judía escrito por Marx, en el que el filósofo daba rienda suelta a su odio contra los judíos. De hecho, Hitler prácticamente plagió pasajes de ese ensayo en su infame libro Mein Kampf. [19]
Benito Mussolini, en su artículo titulado «La doctrina del fascismo», diría lo siguiente: …la concepción fascista de la vida destaca la importancia del Estado y acepta el individuo sólo en la medida en que sus intereses coinciden con los del Estado […]. [El fascismo] es opuesto al liberalismo clásico que surgió como reacción al absolutismo y agotó su función histórica cuando el Estado se convirtió en expresión de la conciencia y la voluntad del pueblo. El liberalismo negó el Estado en nombre del individuo; el fascismo lo reafirma.[9]
Siguiendo esta línea de análisis, el premio Nobel de Economía Friedrich A. Hayek, quien también fue socialista en su juventud, advirtió al público europeo que nazismo y comunismo eran finalmente la misma cosa. Escribiendo en la época de Hitler, Hayek explicó que el conflicto entre derecha nacionalsocialista e izquierda marxista era en realidad un conflicto «entre facciones rivales» que tenían idéntica naturaleza ideológica.[20] Ambos —y esto es lo relevante— detestaban el liberalismo individualista anglosajón y el capitalismo que este engendraba. Axel Kaiser y Gloria Álvarez. El engaño populista. 2016.
Cómo llegan estos regímenes a convertirse en sistemas totalitarios? Al respecto, los siguientes párrafos de Friedrich Hayek analizan de manera magistral el proceso del surgimiento de los estados totalitarios, en ese entonces, el fascismo y el socialismo:
La probabilidad de imponer un régimen totalitario a un pueblo entero recae en el líder que primero reúna en derredor suyo un grupo dispuesto voluntariamente a someterse a aquella disciplina totalitaria que luego impondrá por la fuerza al resto.
… Hay tres razones principales para que semejante grupo, numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen, probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad. Con relación a nuestros criterios, los principios sobre los que podrá seleccionarse un grupo tal serán casi enteramente negativos.
En primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular jerarquía de valores. Corolario de esto es que si deseamos un alto grado de uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más primitivos y «comunes» instintos y gustos. … Si se necesita un grupo numeroso lo bastante fuerte para imponer a todos los demás sus criterios sobre los valores de la vida, no lo formarán jamás los de gustos altamente diferenciados y desarrollados; sólo quienes constituyen la «masa», en el sentido peyorativo de este término, los menos originales e independientes, podrán arrojar el peso de su número en favor de sus ideales particulares.
… el segundo principio negativo de selección: será capaz de obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia. Serán los de ideas vagas e imperfectamente formadas, los fácilmente modelables, los de pasiones y emociones prontas a levantarse, quienes engrosarán las filas del partido totalitario.
Con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del «nosotros » y el «ellos», la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común. Por consecuencia, lo han empleado siempre aquellos que buscan no sólo el apoyo para una política, sino la ciega confianza de ingentes masas. Desde su punto de vista, tiene la gran ventaja de concederles mayor libertad de acción que casi ningún programa positivo. El enemigo, sea interior, como el «judío» o el «kulak», o exterior [como el “imperialismo yanqui”], parece ser una pieza indispensable en el arsenal de un dirigente totalitario. …
… varios factores contribuyen a reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños. A veces, al parecer, es un aliciente más para sumergir la personalidad en la del grupo el hecho de que los violentos instintos que el individuo sabe ha de refrenar dentro del grupo pueden recibir rienda suelta en la acción colectiva contra el extraño. Cuando actúan en nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones morales que dominan su conducta como individuos dentro del grupo.
Una vez se admita que el individuo es sólo un medio para servir a los fines de una entidad más alta, llamada sociedad o nación, síguense por necesidad la mayoría de aquellos rasgos de los regímenes totalitarios que nos espantan. Desde el punto de vista del colectivismo, la intolerancia y la brutal supresión del disentimiento, el completo desprecio de la vida y la felicidad del individuo, son consecuencias esenciales e inevitables de aquella premisa básica; y el colectivista puede admitirlo y, a la vez, pretender que su sistema es superior a uno en que los intereses «egoístas» del individuo pueden obstruir la plena realización de los fines que la comunidad persigue.
… Pero mientras la masa de los ciudadanos del Estado totalitario muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento útil en la conducción de un Estado totalitario no basta que un hombre esté dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha encomendado. Como es únicamente el líder supremo quien determina los fines, sus instrumentos no pueden tener convicciones morales propias.
Tienen, ante todo, que entregarse sin reservas a la persona del líder; pero, después de esto, la cosa más importante es que carezcan por completo de principios y sean literalmente capaces de cualquier cosa. No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del líder pretender posiciones directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la misma destreza y eficacia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral social tradicional se resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se convierte en un camino para el ascenso y el poder. En una sociedad totalitaria, los puestos en que es necesario practicar la crueldad y la intimidación, el engaño premeditado y el espionaje, son numerosos. Ni la Gestapo, ni la administración de un campo de concentración, ni el Ministerio de Propaganda, ni las SA o las SS (o sus equivalentes italianos o rusos) son puestos apropiados para el ejercicio de los sentimientos humanitarios. Y, sin embargo, a través de puestos como éstos va el camino que conduce a las más altas posiciones en el Estado totalitario. Es singularmente cierta la conclusión a que llega, después de una breve enumeración análoga de los deberes de las autoridades de un Estado colectivista, un distinguido economista norteamericano: «tienen que hacer estas cosas, lo quieran o no; y la probabilidad de que quienes están en el mando sean individuos que aborrezcan la posesión y el ejercicio del poder es del mismo orden que la probabilidad de que una persona extraordinariamente bondadosa se hiciese cargo del látigo en una plantación de esclavos.»
… El camino más eficaz para hacer que todos sirvan al sistema único de fines que se propone el plan social consiste en hacer que todos crean en esos fines. Para que un sistema totalitario funcione eficientemente no basta forzar a todos a que trabajen para los mismos fines. Es esencial que la gente acabe por considerarlos como sus fines propios. Aunque a la gente se le den elegidas sus creencias y se le impongan, éstas tienen que llegar a ser sus creencias, tienen que convertirse en un credo generalmente aceptado, que lleve a los individuos, espontáneamente, en la medida de lo posible, por la vía que el planificador desea.
Esto se logra, evidentemente, por las diversas formas de la propaganda. Su técnica es ahora tan familiar que apenas necesitamos decir algo sobre ella. …. toda la propaganda sirve al mismo fin, todos los instrumentos de propaganda se coordinan para influir sobre los individuos en la misma dirección y producir el característico Gleichschaltung de todas las mentes. … Si todas las fuentes de información ordinaria están efectivamente bajo un mando único, la cuestión no es ya la de persuadir a la gente de esto o aquello. El propagandista diestro tiene entonces poder para moldear sus mentes en cualquier dirección que elija, y ni las personas más inteligentes e independientes pueden escapar por entero a aquella influencia si quedan por mucho tiempo aisladas de todas las demás fuentes informativas.
… Las consecuencias morales de la propaganda totalitaria que debemos considerar ahora son, por consiguiente, de una clase aún más profunda. Son la destrucción de toda la moral social, porque minan uno de sus fundamentos: el sentido de la verdad y su respeto hacia ella.
… La necesidad de racionalizar las aversiones y los gustos, que, a falta de otra cosa, guiarán al planificador en muchas de sus decisiones, y la necesidad de exponer sus argumentos en forma que atraiga al mayor número posible de personas, le forzarán a construir teorías, es decir, afirmaciones sobre las conexiones entre los hechos, que pasarán a ser parte integrante de la doctrina de gobierno.
Este proceso de creación de un «mito» para justificar su acción no tiene necesariamente que ser consciente.
… El líder totalitario puede guiarse tan sólo por una instintiva aversión hacia el estado de cosas que ha encontrado y por el deseo de crear un nuevo orden jerárquico que se ajuste mejor a su concepto del mérito; puede, simplemente, saber que le molestan los judíos [sustituidos aquí por el yanqui y el burgués], que parecían tan afortunados dentro de un orden que a él no le proporcionaba un puesto satisfactorio. … Así, estará dispuesto a abrazar las teorías que parecen procurarle una justificación racional de los prejuicios que comparte con muchos de sus compañeros. De esta manera, una teoría pseudocientífica entra a formar parte del credo oficial que, en grado mayor o menor, dirige la actividad de todos. … La necesidad de estas doctrinas oficiales, como instrumento para dirigir y aunar los esfuerzos de la gente, ha sido claramente prevista por los diversos teóricos del sistema totalitario. Las «mentiras nobles» de Platón y los «mitos» de Sorel sirven a la misma finalidad que la doctrina racial de los nazis o la teoría del Estado corporativo de Mussolini. Todos se basan necesariamente sobre opiniones particulares acerca de los hechos, que se elaboran después como teorías científicas para justificar una opinión preconcebida.
El camino más eficaz para que las gentes acepten unos valores a los que deben servir consiste en persuadirlas de que son realmente los que ellas, o al menos los mejores individuos entre ellas, han sostenido siempre, pero que hasta entonces no reconocieron o entendieron rectamente. Se fuerza a las gentes a transferir su devoción de los viejos dioses a los nuevos so pretexto de que los nuevos dioses son en realidad los que su sano instinto les había revelado siempre, pero que hasta entonces sólo confusamente habían visualizado. Y la más eficiente técnica para esta finalidad consiste en usar las viejas palabras, pero cambiar su significado. Pocos trazos de los regímenes totalitarios son a la vez tan perturbadores para el observador superficial y tan característicos de todo un clima intelectual como la perversión completa del lenguaje, el cambio de significado de las palabras con las que se expresan los ideales de los nuevos regímenes. [Coincidiendo con George Orwell”]
La que más ha sufrido a este respecto es, desde luego, la palabra libertad. Es una palabra que se usa tan desembarazadamente en los Estados totalitarios como en cualquier parte. Aun pudiera casi decirse —y ello debería servirnos como advertencia para ponernos en guardia contra todos los incitadores que nos prometen nuevas libertades por las viejas — que allí donde se destruyó la libertad tal como la entendemos, casi siempre se hizo en nombre de alguna nueva libertad prometida a la gente. … Como la libertad de éstos, la «libertad colectiva» que aquél nos ofrece no es la libertad de los miembros de la sociedad, sino la libertad ilimitada del planificador para hacer con la sociedad lo que se le antoje. Es la confusión de la libertad con el poder, llevada al extremo. Friedrich A. von Hayek. “Camino de Servidumbre” (1944)
Otro concepto igualmente pervertido por el totalitarismo es la palabra soberanía, tradicionalmente concebida como el poder político supremo que corresponde a un Estado independiente, sin interferencias externas, dando por supuesto de que el Estado (representado por sus gobernantes) es un representante escogido por el pueblo, donde reside en última instancia la soberanía. En los regímenes totalitarios, donde tal poder supremo ha sido impuesto por la fuerza o el engaño, se invoca la soberanía para disuadir la intervención de otros Estados en favor del verdadero soberano, el pueblo. “En situaciones de abuso, el opresor siempre invoca la soberanía y la no intervención. La razón es simple: mantener la opresión en privado. La víctima no tiene dónde recurrir, pues la norma es injusta y no existe una justicia independiente ni la voluntad política de enjuiciar.A la víctima solo le queda la intervención de la comunidad internacional para hacer esa opresión pública y equiparar una relación de poder fundamentalmente asimétrica. La no intervención, como la neutralidad que menciona Tutu (“Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”. Desmond Tutu) es tan solo la herramienta retórica de la complicidad.” El País. La falacia de la no intervención].
… De manera gradual, a medida que avanza este proceso, todo el idioma es expoliado, y las palabras se transforman en cáscaras vacías, desprovistas de todo significado definido, tan capaces de designar una cosa como su contraria y útiles tan sólo para las asociaciones emocionales que aún les están adheridas.
No es difícil privar de independencia de pensamiento a la gran mayoría. Pero también hay que silenciar a la minoría que conservará una inclinación a la crítica. … La crítica pública, y hasta las expresiones de duda, tienen que ser suprimidas porque tienden a debilitar el apoyo público.
Todo el aparato para difundir conocimientos: las escuelas y la prensa, la radio y el cine, se usarán exclusivamente para propagar aquellas opiniones que, verdaderas o falsas, refuercen la creencia en la rectitud de las decisiones tomadas por la autoridad; se prohibirá toda la información que pueda engendrar dudas o vacilaciones. El efecto probable sobre la lealtad de la gente al sistema llega a ser el único criterio para decidir si debe publicarse o suprimirse una determinada información. … Se ocultará a la gente todo lo que pueda provocar dudas acerca de la competencia del gobierno o crear descontento. Las bases de comparación desfavorable con las condiciones de otro lugar; el conocimiento de las posibles alternativas frente a la dirección efectivamente tomada; la información que pueda sugerir el fracaso del gobierno en el cumplimiento de sus promesas o en aprovechar las oportunidades de mejorar la situación, todo se suprimirá.
Lo mismo se aplica también a los ámbitos aparentemente más alejados del interés político, y especialmente a todas las ciencias, aun las más abstractas. … En todos los países totalitarios estas disciplinas [la Historia, el Derecho o la Economía] se han convertido realmente en las más fecundas fábricas de mitos oficiales, que los dirigentes utilizan para guiar las mentes y voluntades de sus súbditos.
… La misma palabra «verdad» deja de tener su antiguo significado. No designa ya algo que ha de encontrarse, con la conciencia individual como único árbitro para determinar si en cada particular caso la prueba (o la autoridad de quienes la presentan) justifica una afirmación; se convierte en algo que ha de ser establecido por la autoridad, algo que ha de creerse en interés de la unidad del esfuerzo organizado y que puede tener que alterarse si las exigencias de este esfuerzo organizado lo requieren. . [Coincidiendo con George Orwell]
… Quizá el hecho más alarmante sea que el desprecio por la libertad intelectual, no es cosa que sólo surja una vez establecido el sistema totalitario, sino algo que puede encontrarse en todas partes entre los intelectuales que han abrazado una fe colectivista y que son aclamados como líderes intelectuales hasta en los países que aún tienen un régimen liberal. Gentes que pretenden hablar en nombre de los hombres de ciencia de los países liberales, no sólo perdonan hasta la peor opresión si se ha cometido en nombre del socialismo y defienden abiertamente la creación de un sistema totalitario; pues llegan a ensalzar francamente la intolerancia.
… La tragedia del pensamiento colectivista es que, aun partiendo de considerar suprema a la razón, acaba destruyéndola por desconocer el proceso del que depende su desarrollo.
… . Si hemos fracasado en el primer intento de crear un mundo de hombres libres, tenemos que intentarlo de nuevo. El principio rector que afirma no existir otra política realmente progresiva que la fundada en la libertad del individuo sigue siendo hoy tan verdadero como lo fue en el siglo XIX. Friedrich A. von Hayek. “Camino de servidumbre” (1944)
Más tarde, en los inicios de la revolución cubana, el “Ché” Guevara reafirma el carácter totalitario de la misma y la necesidad del uso de “estímulos y presiones” sobre los individuos para someterlos a la “dictadura del proletariado”.
El grupo de vanguardia (los conductores del proceso de ideologización) es ideológicamente más avanzado que la masa; esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que le permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora. Ernesto Guevara, “La educación directa” en El socialismo y el hombre en Cuba, citado en Obras completas, Andrómeda, 2002
Otras frases atribuidas al “Ché” que evidencian su pensamiento totalitario y desprecio al individuo son: «¡Los jóvenes deben aprender a pensar y actuar como una masa. Es criminal pensar como individuos!»; «Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.»; «Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa.» Las 10 frases del Che Guevara (no tan grandiosas)
Puede que George Orwell haya leído a Hayek antes de escribir sus famosas novelas tituladas “Rebelión en la Granja” y “1984” publicadas en 1945 y 1949 respectivamente y se haya inspirado en “Camino de servidumbre” ya que varios aspectos de la novela son un reflejo de esa obra de Hayek. La novela retrata las características de los regímenes totalitarios y autoritarios, tanto los pasados como los actuales, por lo cual conserva su vigencia 70 años después de su publicación. Vale la pena referirse a la misma y usted podrá identificar que lo que Orwell describió en aquellos tiempos vuelve a manifestarse hoy en ciertos países.
“En resumen, la novela describe un país imaginario donde el personaje principal es conocido como El Gran Hermano. Un personaje que nunca se ve, pero está presente en todo tiempo y en todo lugar. El guía y líder omnipotente, omnipresente y omnisciente. Custodio supremo de la revolución, comandante en jefe, encarnación de los ideales del Partido y juez infalible.
El Gran Hermano observa desde los grandes carteles colocados en edificios y lugares públicos. También vigila desde las telepantallas. Un aparato que sirve para atiborrar con la propaganda oficial. Las telepantallas están situadas en cada calle, en cada edificio, en cada casa, y operan las 24 horas del día. Cumplen además otra función: desde la telepantalla se vigila cada movimiento y se escucha cada conversación. Igual que ahora, los servicios de inteligencia utilizan sistemas de control para fiscalizar llamadas y mensajes.
Uno de los instrumentos de la propaganda del régimen es falsificar la realidad mediante la manipulación del lenguaje. En la obra, el régimen tiene cuatro ministerios:
El Ministerio del Amor, que se ocupa de la represión. Vigila, encarcela, tortura y evapora a los adversarios. Allí funciona la tenebrosa policía del pensamiento.
El Ministerio de la Paz, se encarga de todo lo relacionado con la guerra. Porque el país siempre está en guerra.
El Ministerio de la Abundancia, está a cargo de la economía, esto es, del racionamiento, porque, salvo los jerarcas del partido, el resto de la población vive en permanente penuria.
Finalmente está el Ministerio de la Verdad. Se dedica a la propaganda. A inventar noticias, falsificar libros, periódicos y películas, y adulterar el pasado, para que los hechos coincidan con la versión oficial de la historia, inventada por el partido. La consigna central es “quien controla el presente controla el pasado. Y quien controla el pasado, controla el futuro.”
El lenguaje se manipula de distintos modos. Un equipo especial trabaja en la eliminación de palabras bajo la convicción de que reduciendo las palabras se aniquila la capacidad de pensar de la gente. Por ejemplo, al eliminar del léxico la palabra libertad, con el tiempo la gente dejará de pensar en la libertad.
Otra manera de manipulación son los principales lemas del partido son: “Guerra es Paz, Libertad es Esclavitud, Ignorancia es Fuerza”.
El sentido del lema, la Guerra es Paz es exactamente su inverso: la paz es la guerra. … Cuando se habla de paz, en realidad está pensando y haciendo la guerra.
El criterio del Partido era que el esclavo se siente libre al no conocer otra cosa que el sometimiento. De ahí el lema “La libertad es esclavitud”.
Y la Ignorancia es Fuerza se basaba en que si los súbditos desconocen la verdad, no tendrán ni razones ni en contra de qué o de quien rebelarse.
… En el desarrollo de la novela se relata cómo se quebranta la moral, la dignidad y la capacidad de pensar de las personas. El tristemente célebre lavado de cerebro. O bien los “evaporaban”, borrando todo rastro de su existencia. El amor es un sentimiento que debe ser erradicado, incluso a nivel familiar. De hecho, el partido promueve que los menores vigilen y denuncien a sus padres si les observan algún desvío en el fervor hacia el partido y hacia el Gran Hermano. En la parte más cruda se describen crueles tormentos, físicos y psicológicos, hasta borrar todo sentimiento, toda emoción, toda capacidad de pensar. Las víctimas terminan por aceptar que dos más dos es cinco, si así lo decide el partido. Terminan también por “amar” al Gran Hermano.
Por si algo faltara, el signo del Partido es una V de la victoria. Hasta los cigarrillos y los licores llevaban la etiqueta de la victoria.” Un último detalle. En la novela de Orwell el Gran Hermano tiene bigote. Enrique Sáenz. El Gran Hermano tiene bigote y mata
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
¿Por qué? Porque habían sido capturados y adaptados en sus pensamientos y creencias a las ideas e ideología de sus amos nazis. Les resultaba difícil pensar en la vida y la moral de otra manera; es decir, razonar de manera independiente del lenguaje de las palabras y frases políticas que reflejan las concepciones nazis del hombre, la “raza” y la sociedad. Klemperer estaba sugiriendo en sus mentes que ya no eran seres humanos autónomos, sino esclavos del régimen, ya que pensaban y actuaban en términos del léxico y la lógica del nacionalsocialismo de Hitler. Dijo Klemperer:
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
Mantuvo un diario detallado y verdaderamente fascinante sobre la vida cotidiana durante la era nazi en Alemania, cuyo contenido completo fue publicado bajo el título, I Will Bear Witness: A Diary of the Nazi Years (1995), mucho después de su fallecimiento. Se basó en estas meticulosas observaciones al escribir El lenguaje del Tercer Reich en la década de 1950. Klemperer argumentó que prácticamente todos en la Alemania de Hitler eran nazis, se consideraran o no nacionalsocialistas, incluidas muchas de las víctimas del régimen (incluidos los judíos alemanes).
¿Por qué? Porque habían sido capturados y adaptados en sus pensamientos y creencias a las ideas e ideología de sus amos nazis. Les resultaba difícil pensar en la vida y la moral de otra manera; es decir, razonar de manera independiente del lenguaje de las palabras y frases políticas que reflejan las concepciones nazis del hombre, la “raza” y la sociedad. Klemperer estaba sugiriendo en sus mentes que ya no eran seres humanos autónomos, sino esclavos del régimen, ya que pensaban y actuaban en términos del léxico y la lógica del nacionalsocialismo de Hitler. Dijo Klemperer:
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
Mantuvo un diario detallado y verdaderamente fascinante sobre la vida cotidiana durante la era nazi en Alemania, cuyo contenido completo fue publicado bajo el título, I Will Bear Witness: A Diary of the Nazi Years (1995), mucho después de su fallecimiento. Se basó en estas meticulosas observaciones al escribir El lenguaje del Tercer Reich en la década de 1950. Klemperer argumentó que prácticamente todos en la Alemania de Hitler eran nazis, se consideraran o no nacionalsocialistas, incluidas muchas de las víctimas del régimen (incluidos los judíos alemanes).
¿Por qué? Porque habían sido capturados y adaptados en sus pensamientos y creencias a las ideas e ideología de sus amos nazis. Les resultaba difícil pensar en la vida y la moral de otra manera; es decir, razonar de manera independiente del lenguaje de las palabras y frases políticas que reflejan las concepciones nazis del hombre, la “raza” y la sociedad. Klemperer estaba sugiriendo en sus mentes que ya no eran seres humanos autónomos, sino esclavos del régimen, ya que pensaban y actuaban en términos del léxico y la lógica del nacionalsocialismo de Hitler. Dijo Klemperer:
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
La manipulación nazi de las mentes a través del lenguaje
Para ver un ejemplo de esto, podemos recurrir a Victor Klemperer (1881-1960), un judío alemán que sobrevivió en la Alemania nazi fuera del sistema de campos de concentración porque su esposa no era judía y ella estuvo a su lado y lo defendió durante la Segunda Guerra Mundial. Varios años después de la derrota de Hitler y el régimen nacionalsocialista en 1945, Klemperer escribió un libro llamado El lenguaje del Tercer Reich (1957). Profesor de lenguas romances en una universidad de Dresde antes del ascenso de Hitler al poder en 1933, estaba especialmente en sintonía con los usos y matices de las palabras y sus significados contextuales.
Mantuvo un diario detallado y verdaderamente fascinante sobre la vida cotidiana durante la era nazi en Alemania, cuyo contenido completo fue publicado bajo el título, I Will Bear Witness: A Diary of the Nazi Years (1995), mucho después de su fallecimiento. Se basó en estas meticulosas observaciones al escribir El lenguaje del Tercer Reich en la década de 1950. Klemperer argumentó que prácticamente todos en la Alemania de Hitler eran nazis, se consideraran o no nacionalsocialistas, incluidas muchas de las víctimas del régimen (incluidos los judíos alemanes).
¿Por qué? Porque habían sido capturados y adaptados en sus pensamientos y creencias a las ideas e ideología de sus amos nazis. Les resultaba difícil pensar en la vida y la moral de otra manera; es decir, razonar de manera independiente del lenguaje de las palabras y frases políticas que reflejan las concepciones nazis del hombre, la “raza” y la sociedad. Klemperer estaba sugiriendo en sus mentes que ya no eran seres humanos autónomos, sino esclavos del régimen, ya que pensaban y actuaban en términos del léxico y la lógica del nacionalsocialismo de Hitler. Dijo Klemperer:
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
La manipulación del lenguaje en la sociedad orwelliana, fue practicada bajo el totalitarismo comunista y nazi para someter a las personas.
La manipulación nazi de las mentes a través del lenguaje
Para ver un ejemplo de esto, podemos recurrir a Victor Klemperer (1881-1960), un judío alemán que sobrevivió en la Alemania nazi fuera del sistema de campos de concentración porque su esposa no era judía y ella estuvo a su lado y lo defendió durante la Segunda Guerra Mundial. Varios años después de la derrota de Hitler y el régimen nacionalsocialista en 1945, Klemperer escribió un libro llamado El lenguaje del Tercer Reich (1957). Profesor de lenguas romances en una universidad de Dresde antes del ascenso de Hitler al poder en 1933, estaba especialmente en sintonía con los usos y matices de las palabras y sus significados contextuales.
Mantuvo un diario detallado y verdaderamente fascinante sobre la vida cotidiana durante la era nazi en Alemania, cuyo contenido completo fue publicado bajo el título, I Will Bear Witness: A Diary of the Nazi Years (1995), mucho después de su fallecimiento. Se basó en estas meticulosas observaciones al escribir El lenguaje del Tercer Reich en la década de 1950. Klemperer argumentó que prácticamente todos en la Alemania de Hitler eran nazis, se consideraran o no nacionalsocialistas, incluidas muchas de las víctimas del régimen (incluidos los judíos alemanes).
¿Por qué? Porque habían sido capturados y adaptados en sus pensamientos y creencias a las ideas e ideología de sus amos nazis. Les resultaba difícil pensar en la vida y la moral de otra manera; es decir, razonar de manera independiente del lenguaje de las palabras y frases políticas que reflejan las concepciones nazis del hombre, la “raza” y la sociedad. Klemperer estaba sugiriendo en sus mentes que ya no eran seres humanos autónomos, sino esclavos del régimen, ya que pensaban y actuaban en términos del léxico y la lógica del nacionalsocialismo de Hitler. Dijo Klemperer:
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019
La manipulación del lenguaje en la sociedad orwelliana, fue practicada bajo el totalitarismo comunista y nazi para someter a las personas.
La manipulación nazi de las mentes a través del lenguaje
Para ver un ejemplo de esto, podemos recurrir a Victor Klemperer (1881-1960), un judío alemán que sobrevivió en la Alemania nazi fuera del sistema de campos de concentración porque su esposa no era judía y ella estuvo a su lado y lo defendió durante la Segunda Guerra Mundial. Varios años después de la derrota de Hitler y el régimen nacionalsocialista en 1945, Klemperer escribió un libro llamado El lenguaje del Tercer Reich (1957). Profesor de lenguas romances en una universidad de Dresde antes del ascenso de Hitler al poder en 1933, estaba especialmente en sintonía con los usos y matices de las palabras y sus significados contextuales.
Mantuvo un diario detallado y verdaderamente fascinante sobre la vida cotidiana durante la era nazi en Alemania, cuyo contenido completo fue publicado bajo el título, I Will Bear Witness: A Diary of the Nazi Years (1995), mucho después de su fallecimiento. Se basó en estas meticulosas observaciones al escribir El lenguaje del Tercer Reich en la década de 1950. Klemperer argumentó que prácticamente todos en la Alemania de Hitler eran nazis, se consideraran o no nacionalsocialistas, incluidas muchas de las víctimas del régimen (incluidos los judíos alemanes).
¿Por qué? Porque habían sido capturados y adaptados en sus pensamientos y creencias a las ideas e ideología de sus amos nazis. Les resultaba difícil pensar en la vida y la moral de otra manera; es decir, razonar de manera independiente del lenguaje de las palabras y frases políticas que reflejan las concepciones nazis del hombre, la “raza” y la sociedad. Klemperer estaba sugiriendo en sus mentes que ya no eran seres humanos autónomos, sino esclavos del régimen, ya que pensaban y actuaban en términos del léxico y la lógica del nacionalsocialismo de Hitler. Dijo Klemperer:
El nazismo impregnaba la carne y la sangre de las personas a través de palabras simples, modismos y estructuras de oraciones que se les impusieron en un millón de repeticiones y se tomaron en cuenta de forma mecánica e inconsciente. . .
El lenguaje no solo escribe y piensa por mí, también dicta cada vez más mis sentimientos y gobierna todo mi ser espiritual cuanto más incuestionable e inconscientemente me abandono. . Las palabras pueden ser como pequeñas dosis de arsénico; se tragan sin ser notados, parecen no tener efecto y, después de un tiempo, la reacción tóxica comienza después de todo.
Klemperer dijo que no era que los nazis inventaran muchas palabras nuevas, aunque lo hicieron en algunos casos con un diseño intencional. Pero argumentaba que lo que era mucho más desagradable es que a través de sus propios usos particulares de las palabras existentes, una y otra vez en su propaganda, discursos y publicaciones, cambiaron los significados y contextos de estas palabras dadas por supuestas del idioma alemán.
Los nazis, a través de este método, hicieron que las palabras tuvieran un solo significado, el significado colectivo o compartido al servicio de los propósitos de los nazis. “Al hacer que el lenguaje sea el servidor de su terrible sistema, lo consigue en sus medios publicitarios más poderosos, públicos y subrepticios”, explicó Klemperer, y continuó:
El único propósito del [uso y forma de lenguaje nazi] es despojar a todos de su individualidad, paralizarlos como personalidades, convertirlos en ganado irreflexivo y dócil en un rebaño conducido y perseguido en una dirección particular, para convertirlos en átomos en un enorme bloque de piedra rodante. . . Donde [el lenguaje nazi] se dirige al individuo. . . donde educa, enseña medios de criar fanatismo y técnicas de sugerencia masiva.
El control soviético del pensamiento a través del lenguaje
No fue diferente en esta técnica ideológica de flexionar el lenguaje para sus propósitos el régimen comunista en la Rusia soviética. El historiador ruso Mikhail Heller (1922-1997) destacó este aspecto de la sociedad socialista planificada en su perspicaz trabajo, Cogs in the Wheel: The Formation of Soviet Man (1988).
Desde la época de Vladimir Lenin con la llegada de la Revolución Bolchevique en noviembre de 1917 hasta el reinado de veinticinco años de Josef Stalin, a los líderes soviéticos al final del régimen en 1991, se hizo un lenguaje para servir a los medios y fines. del sistema socialista. Heller explicó:
Lenin desarrolló una forma especial de escritura que hizo posible establecer el “eslogan de fórmula” en la mente del lector u oyente. . . Luego, como el elemento compositivo más importante, existe el uso de la repetición, mediante la cual se forma un rectángulo que concentra la atención, reduce el campo de posibilidades y exprime el pensamiento en un anillo apretado del cual solo hay una salida. . .
El poder total sobre la Palabra le da al Maestro de la Palabra un poder mágico sobre todas las comunicaciones. El discurso soviético es siempre un monólogo porque no hay otra parte con quien hablar. Del otro lado está el enemigo. En el idioma soviético no hay palabras neutrales: cada palabra conlleva una carga ideológica. . . Es por eso que en el idioma soviético las mismas palabras se repiten una y otra vez, hasta que se convierten en una señal que actúa sin ningún esfuerzo de pensamiento. El efecto de frases y consignas establecidas también está asegurado por su repetición siempre en la misma forma. . .
El idioma soviético se convirtió en el medio más importante para evitar que las personas adquieran más conocimiento de lo que el estado deseaba. . . El discurso soviético perdió su libertad. El lenguaje fue elaborado a partir de consignas y citas del Líder [Stalin]. . . La autoridad aplastante e incuestionable de la palabra del Líder es el resultado en gran parte de su derecho y poder para nombrar al Enemigo. . . La palabra que significa que el enemigo debe ser impactante, fácil de recordar, implicando condena por su propio sonido, y siempre imprecisa, para que todos los que en un momento dado no complace al Líder puedan ser incluidos bajo esta rúbrica. . . Richard M. Ebeling Tyrants of the Mind and the New Collectivism
El totalitarismo en China siguió, y sigue hasta el presente pero de manera más sofisticada, el mismo patrón reseñado en la sociedad orwelliana.
Quien no haya conocido China en tiempos de Mao y de sus sucesores inmediatos no percibirá el carácter extraordinario de esta simple conversación en Pekín. Nunca, en la historia contemporánea, había sido tan controlado un pueblo entero: los chinos no sólo debían hablar al unísono, también debían pensar al unísono. A diferencia de los regímenes autoritarios que permiten a sus súbditos conservar su libertad interior con tal de que se callen, el maoísmo exigía que se pensara “como se debía” con sinceridad. El control social alcanzaba hasta la vida privada: el dormitorio, el matrimonio, las prácticas sexuales estaban sometidas a la línea del Partido. En la década de 1970, toda sensibilidad estaba anestesiada; cada uno, transformado en loro, repetía el eslogan del día. Toda conversación aparentemente personal comenzaba con una cita de Mao. No se podía acceder más que a libros mediocres y asistir a ocho óperas “revolucionarias”. Altoparlantes dispuestos en las plazas de las ciudades, en las estaciones, en el interior de los trenes, en las oficinas, en las fábricas, difundían desde el alba y hasta bien entrada la noche músicas militares; prohibían hablar, oírse, reflexionar.
Hay una diferencia esencial entre el maoísmo y el estalinismo: los dirigentes soviéticos sabían que mentían, el pueblo sabía que el comunismo era una impostura, la mentira era proclamada como si fuera una verdad, y pocos la creían; los dirigentes maoístas no quedaban satisfechos con que el pueblo viviera en la mentira al mismo tiempo que confesaba la verdad oficial; les hacía falta que los chinos con el cerebro lavado interiorizaran la mentira. La mentira maoísta debía ser sincera, lo que los acercaba más a la Inquisición católica que al estalinismo ateo. Nada de esto se dice en China, porque la desmaoización todavía no ha ocurrido. Guy Sorman. China: El Imperio de las Mentiras. 2012.
En la Alemania Oriental dominada por el comunismo, la sociedad era vigilada por la Stasi, la policía secreta del régimen, que se dedicaba a identificar cualquier tipo de descontento.
Para mantener el poder durante 40 años mientras su gente moría de hambre y planeaba escapar, el Partido Comunista tuvo que ser muy bueno para controlar a las personas y socavar a los activistas anti estatales. … Su única función era mantener al Partido Comunista en el poder. No les importaba cómo.
… En la década de 1950, la represión era brutal, tortura física. A principios de la década de 1970, ansiosa por ser aceptada en el escenario internacional, la Policía Secreta de Alemania Oriental tuvo que volverse más sutil. El objetivo de Zersetzung (un término militar reutilizado que significa desintegración o corrosión) era “desconectar” a los individuos y grupos activistas que pudieran amenazar al Partido. La policía recopiló registros médicos, escolares y policiales, entrevistas con vecinos y familiares, y cualquier otra evidencia que pudieran obtener y luego personalizaría un impacto directo en la salud mental de un individuo. … Si alguien parecía que podría desafiar la legitimidad o el control del Partido Comunista, la Stasi destruyó sistemáticamente su vida. Usaron el chantaje, la vergüenza social, las amenazas y la tortura.
…La Stasi tenía 91,000 empleados en su apogeo: aproximadamente uno de cada 30 residentes era un agente de la Stasi. Más de uno de cada tres alemanes orientales (5,6 millones) estaba bajo sospecha o vigilancia, con un archivo abierto de la Stasi. Otro medio millón estaba alimentando la información de la Stasi. Este nivel de vigilancia e infiltración causó que los alemanes orientales vivieran aterrorizados (realmente nunca se sabía si podía confiar en alguien)
La Stasi operaba su propia prisión, Hohenschönhausen. Más de 900 ex reclusos han dado testimonio sobre el horror que sucedió allí, pero mientras la Stasi estaba activa, la instalación era de alto secreto. El área no existía oficialmente y estaba marcada con un espacio en blanco en los mapas de la ciudad. En realidad, la mayor parte del país funcionaba como una prisión al aire libre, ya que a pocas personas se les permitía salir del país con visas de salida.
Las escuelas públicas en Alemania del Este eran campos de entrenamiento para el cumplimiento del estado policial. Niños pequeños cortan y colorean muñecos de papel con máscaras de gas y AK-47 . Se establecieron grupos de estilo juvenil de Hitler para escolares . …Los nazis allanaron el camino al usar ciudadanos como informadores o denunciantes. En ese tipo de cultura chismosa, denunciar a sus vecinos por delitos menores podría mantener a salvo a su propia familia. La policía secreta tenía tanta información personal sobre cada ciudadano y tanta influencia sobre las instituciones (ya sea que pudieras ingresar a la universidad, conseguir un trabajo, comprar un automóvil) su poder era casi absoluto, y absolutamente inexplicable. No tenían que arrestarte, podían paralizarte socialmente. Laura Williams. 10 hechos terroríficos sobre la policía secreta de Alemania del Este.
Es paradójico que la doctrina marxista proclamara que “la religión es el opio del pueblo” y que el advenimiento del socialismo tenía un carácter “científico”, en el socialismo real esta haya adquirido los atributos de una religión, en la que no hay un dios imaginario, sino real, de carne y hueso y un aparato que vela por la integridad de los dogmas de fe, las “verdades” totalitarias, de la nueva religión.
Fue el espíritu religioso que impregna la cultura occidental lo que desnaturalizó el marxismo de los fundadores, convirtiéndolo en la religión secular del siglo XX. Al apartarse de la ciencia, de la mano de la cual había dado sus primeros pasos, y pretender convertirse él mismo en ciencia, el marxismo se volvió una dogmática y se inmunizó contra disciplinas y conocimientos fundamentales, como los que aportaron Freud y el psicoanálisis, que hubieran impedido la disolución del individuo en la noción de clase y que aquél fuera tratado por los regímenes colectivistas como una pieza dispensable del organismo social. Su metamorfosis en religión laica fue apartando al marxismo del mundo real y tornándolo un sistema de ilusiones. E hizo del partido una Iglesia de rígidas jerarquías en las que el vértice —Comité Central, Buró Político, secretario general— tenía el atributo de la infalibilidad. El militante debía obedecer, con la fe del carbonero, las directivas, tesis e interpretaciones de los guardianes de la verdad absoluta, aun en contra de la razón y del simple sentido común. De este modo, el espíritu religioso —la superstición, en el lenguaje del siglo de las luces— consiguió sobrevivir y aun fortalecerse a través de un movimiento nacido, según el designio de Marx, para poner fin al reino de la fe e instaurar el de la razón en la historia. Mario Vargas Llosa. Desafíos a la libertad. 1994.
Otra estrategia utilizada por los regímenes totalitarios ha sido la “fabricación” de opositores “de mentira” para controlar a la disidencia. El siguiente artículo, escritor por un venezolano, explica en qué consiste tal estrategia y señala al cuerpo de inteligencia cubano, conocido como G2, destacado en Venezuela, como el autor intelectual de la misma. Esta práctica ha sido también utilizada en Nicaragua, con la creación de partidos políticos supuestamente opositores pero aliados al régimen, llamados popularmente “zancudos” en alusión a los mosquitos que viven de chupar la sangre de las personas.
Ni la Unión Soviética de Stalin, ni la China de Mao, ni la Alemania de Hitler, ni la Cuba de Fidel, ni la Venezuela de Chávez habrían sido posibles si hubiesen tenido un enemigo real, poderoso y radicalmente opuesto en lo ideológico. El conquistar la mente de los ciudadanos con ideas que vayan de la mano con sus intenciones políticas y que se sostengan sobre los principios del sistema que desean imponer es clave para ganar la primera batalla y -así mismo- la guerra: el socialismo debe gobernar -primero- en la mente de las personas.
Lo hicieron en Rusia. Lo hicieron en China. Lo hicieron en Alemania, en Cuba y también en Venezuela.
En su libro “1984”, George Orwell lo explica perfecto a través del personaje Emmanuel Goldstein: toda dictadura necesita a quién “echarle la culpa”, a quien “amenazar”, a quien “acusar”, a quien “perseguir”. Pero esto -como las comillas lo insinúan- es de mentiritas, porque a los verdaderos enemigos se les encierra y se les mata. Un tirano rara vez deja cabos sueltos; ellos no están jugando.
Es así como surge la necesidad de una oposición diseñada, creada, financiada y dotada de apoyo popular suficiente. Esta representa una de las piezas más poderosas de la inteligencia comunista, que será usada con fines propagandísticos.
¿Por qué? Pues porque con sus propios funcionarios, la dictadura controla la matriz de opinión de sus seguidores. Y con políticos disfrazados de adversarios, la inteligencia comunista controla al otro grueso de la población que podrían convertirse en potenciales disidentes.
Para lograr amarrar el poder en sus manos, la izquierda necesita controlar los dos bultos: el de sus fanáticos convencidos y el de aquellos que no están de acuerdo. ¿Cómo controlar a quienes no están de acuerdo? Diciéndoles lo que quieren escuchar, a través de voces y líderes en los que ellos aprenden a creer, pero que no los llevan a ningún lado, que no actúan, que son inertes. Jose Miguel. Las Mentiras del Socialismo: La Inteligencia Cubana G2 y la “Oposición”. Abril 2019.
En la actualidad, el Gran Hermano también vigila a los ciudadanos y ha encontrado en la tecnología a un aliado en sus propósitos autoritarios de vigilancia y control.
En Rusia, el Kremlin desarrolló el sistema de búsqueda y vigilancia SORM (Systema Operativno-Rozysknikh Meropriyatiy) que vigila las llamadas telefónicas, el tráfico de correo electrónico y actividad de navegación de la web y un nuevo servicio de vigilancia financiera diseñado para proporcionarle una visión completa de lo que la élite política y económica rusa está haciendo con su dinero y su tiempo.
El otro eje de acción es la propaganda a través del Internet para incidir en las opiniones de las personas para favorecer sus intereses, tanto para mantener el control de sus ciudadanos como para influir en la política internacional.
De acuerdo a una investigación de Andrei Soldatov e Irina Borogany que plasmaron en el libro The Red Web: The Kremlin´s War on the Internet. Borogan y Soldatov han pasado una década y media informando sobre el oscuro mundo de los servicios secretos de Rusia a través de su blog, Agentura.ru. Son unos de los principales expertos de Moscú en espionaje, censura y paranoia. Su tesis central aquí es bastante directa: los policías secretos, incluido el mismo presidente -el ex alumno más famoso de la KGB- están constantemente preocupados por el poder “subversivo” de Internet, por lo que han construido una de las redes de espionaje más intrusivas del planeta y están sistemáticamente legislando en contra de las libertades tradicionales del ciberespacio.
“Putin se ha rodeado intelectualmente de unos filósofos y pensadores que adscriben a ideas neo-fascistas, totalitarias y anti democráticas. Estos han ayudado a promover estas ideas por el mundo, ya sea desde la misma retórica del presidente ruso o desde la Agencia de Investigación de Internet, la herramienta rusa para crear granjas de trolls que pueblan de noticias falsas y odio a la web.”
La cadena de televisión anteriormente conocida como Russia Today cuenta con un presupuesto -alrededor de USD 300 millones anuales- que se puede comparar con el de los mayor grupos de medios de comunicación del mundo, como BBC o Fox News.” En palabras del presidente ruso, RT está decidido a romper el “monopolio anglosajón en las corrientes de información global”. Además, Sputnik News, que le pertenece a la agencia estatal de noticias, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
— Más allá de promover sus intereses ayudando a elegir líderes pro Putin, el Kremlin diseñó sus misiones de desinformación con el explícito propósito de generar conflictos internos para fomentar las divisiones sociales y deteriorar el pluralismo en los países occidentales.
… hay una dosis diaria de informes falsos o distorsionados que parecen diseñados para explotar las divisiones en la sociedad y la política occidentales, especialmente en temas como la raza, la violencia y los derechos sexuales, y que son promulgados por grupos de operativos que se presentan como ciudadanos comunes en las cuentas de redes sociales. Al armar campañas de desinformación diseñadas específicamente para generar discordia, los rusos intentan utilizar la guerra cibernética como un arma psicológica contra las democracias liberales.
… En The Darkening Web Klimburg indica que, al ser aplicada a nivel nacional como un instrumento de control político e internacionalmente para avanzar en una estrategia de desestabilización, “la doctrina del ciberdominio de Moscú es ominosa y cada vez más efectiva”. Para darle apoyo numérico a esta afirmación, el autor cita un estudio realizado en 2015 que concluye que “los usuarios rusos de Internet se han acostumbrado tanto a la narrativa de Internet del Kremlin como una herramienta de las potencias occidentales que dos de cada cinco rusos desconfían de los medios extranjeros y casi la mitad de los rusos creen que los sitios web de noticias extranjeras deben ser censurados”.
… La estrategia se enfoca en propagar una noticia falsa o una mentira verosímil, de modo que esta narrativa tome una “vida por sí misma” y sea diseminada por cientos de miles. Al volverse masiva, esta empezará a aparecer en portales de noticias, lo cual ayuda a darle legitimidad. Esta entonces se transformará en algo que los medios más grandes deberán cubrir, incluso si es para desmentir la información. Pero el daño ya está hecho: cientos de miles o millones de personas leyeron o vieron la “noticia falsa” y ahora están convencidos de que era cierta.
Complementando su máquina de propaganda, la agencia del gobierno ruso emplea a cientos de trolls de Internet para difundir desinformación y publicar comentarios antagónicos en los medios occidentales.
… Pero, nunca faltó a su método para “desinformar y dividir”, el autor cuenta que la “ofensiva de guerra de propaganda rusa” fue fundamental para la ocupación de Crimea en 2014 e incluyó afirmaciones inventadas de que los bebés habían sido crucificados por soldados ucranianos.
…El Kremlin busca sembrar discordia en regímenes liberales porque es en estos donde se permite la libertad de opinión. Y eso es un derecho que debemos valorar, “sin dejar que nuestras distintos opiniones nos vuelvan enemigos”. Cómo funciona la maquinaria oculta de Vladimir Putin para golpear las democracias del mundo
En China, el Internet está limitado. Sitios como Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, están censurados y bloqueados, y se necesita una tecnología VPN para el acceso. En su lugar, se usa la aplicación china WeChat, controlada por el gobierno. El gobierno obliga a dirigir todo el tráfico en línea a través de tres sistemas de enrutamiento central. Esto facilita que los censores examinen todos los datos que ingresan y salen del país.
El gobierno chino ha introducido recientemente un sistema por el que se pierde el crédito por mala conducta. Ni siquiera tiene que ser por actos ilegales. Jugar demasiados videojuegos o comprar demasiado alcohol, actividad de internet, todo realmente afectará su puntuación y podrá tener consecuencias negativas. Y todo se basa en la vigilancia de las actividades de los ciudadanos.
El presidente chino, Xi Jinping, se ha embarcado en la creación del llamado sistema de crédito social. Si lograba completarlo, el estado obtendría el control total sobre sus ciudadanos. De manera inquietante, el público chino encuentra atractivo el sistema de crédito social, ya que les brinda servicios que antes carecían, promete perseguir a los delincuentes y ofrece a los ciudadanos una guía sobre cómo mantenerse alejado de los problemas. Aún más inquietante, China podría vender el sistema de crédito social en todo el mundo a los posibles dictadores, que luego se volverían políticamente dependientes de China. George Soros. The Rise of Nationalism After the Fall of the Berlin Wall, Noviembre, 2019.
Con ayuda de la última tecnología, el sistema de vigilancia, recopilación y procesamiento de información permite al gobierno chino concentrar sus actividades en grupos étnicos o religiosos que resisten el esfuerzo gubernamental por uniformar a la sociedad. El país tiene un pequeño ejército (más de 50,000 personas) monitoreando la actividad de Internet en todo momento.
El gobierno está construyendo cientos o miles de campos de reeducación no reconocidos a los que se pueden enviar uigures [etnia de idioma turco] por cualquier motivo o por ninguno. En algunos de ellos las condiciones cotidianas no parecen ser físicamente abusivas tanto como espeluznantes. Un preso liberado ha dicho que no se le permitió comer hasta que le había dado las gracias a Xi Jinping, el presidente chino y al Partido Comunista. Pero ha habido denuncias de tortura a otros.
Kashgar, la ciudad uigur más grande, tiene cuatro campamentos, de los cuales el más grande está en la escuela secundaria número 5. Un jefe de seguridad local dijo en 2017 que “aproximadamente 120.000” personas estaban retenidas en la ciudad. En Korla, en el centro de la provincia, un funcionario de seguridad dijo recientemente que los campamentos están tan llenos que los oficiales en ellos están rogando a la policía que deje de traer gente.
… No se rigen por ningún proceso judicial; las detenciones son por orden de la policía o los funcionarios del partido, no por el veredicto de un tribunal.
Bajo un sistema llamado fanghuiju, los equipos de media docena —compuestos por policías o funcionarios locales e incluyendo siempre un traductor uigur, que casi siempre significa un uigur— van de casa en casa recopilando expedientes de información personal. Fanghuiju es la abreviatura de “investigar las condiciones de las personas, mejorar la vida de las personas, ganar el corazón de las personas”.
Desde la primavera de 2017, la información se ha utilizado para clasificar la “fiabilidad” de los ciudadanos utilizando varios criterios. [que van desde la edad, etnia, religión a tener pasaporte o familiares en el exterior] ,,, Para completar el panorama de la vigilancia humana, el gobierno tiene un programa llamado “convertirse en parientes” en el que las familias locales (principalmente uigur) “adoptan” funcionarios (principalmente de la mayoritaria etnia Han). El funcionario visita a su familia adoptiva regularmente, vive con ella durante períodos cortos, les da regalos y enseña el mandarín local. También verifica la información recopilada por los equipos de fanghuiju. El programa parece ser inmenso. Según un informe oficial de 2018, 1.1 millones de funcionarios han sido emparejados con 1.6 millones de familias. Eso significa que aproximadamente la mitad de los hogares uigures han tenido un espía/adoctrinador chino Han asignado a ellos.
Estos esfuerzos mapean el territorio ideológico de la provincia familia por familia; la tecnología mapea las actividades de la población calle por calle y teléfono por teléfono. En Hotan y Kashgar hay postes que llevan tal vez ocho o diez cámaras de video a intervalos de 100-200 metros a lo largo de cada calle; una red de vigilancia mucho más fina que en la mayoría de las ciudades chinas. Además de ver a los peatones, las cámaras pueden leer las matrículas de los coches y correlacionarlas con la cara de la persona que conduce. Sólo los propietarios registrados pueden conducir automóviles; cualquier otra persona será arrestada, según un funcionario de seguridad pública que acompañó a este corresponsal en Hotan. Las cámaras están equipadas para trabajar tanto por la noche como por el día.
Debido a que el gobierno ve lo que llama “limpieza web” como necesario para evitar el acceso a la información terrorista, se supone que todos en Xinjiang deben tener una aplicación de spyware en su teléfono móvil. No instalar la aplicación, que puede identificar a las personas llamadas, realizar un seguimiento de la actividad en línea y registrar el uso de las redes sociales, es un delito. Los “rastreadores Wi-Fi” en lugares públicos mantienen un ojo, o nariz, en todos los dispositivos en red en el rango.
A continuación, los registros asociados con los documentos de identidad pueden contener datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, el tipo de sangre y la información de ADN, así como el registro de detención del sujeto y el “estado de fiabilidad”. El gobierno recoge gran parte de este material biométrico sigiloso, bajo la apariencia de un programa de salud pública llamado “Física para todos”, que requiere que la gente proporcione muestras de sangre.
Un sistema llamado Plataforma Integrada de Operaciones Conjuntas (IJOP), revelado por primera vez por Human Rights Watch, utiliza sistemas de aprendizaje automático, información de cámaras, teléfonos inteligentes, registros financieros y de planificación familiar e incluso un uso inusual de la electricidad para generar listas de sospechosos para su detención. Un informe oficial de WeChat dijo que verificar las listas del IJOP era una de las principales responsabilidades del comité de seguridad local. Incluso sin vigilancia de alta tecnología, el estado policial de Xinjiang es formidable. Con él, se vuelve aterrador. The Economist. “Apartheid with Chinese characteristics“. May 31st 2018.
En 2006, la organización no gubernamental internacional, Reporteros Sin Fronteras que promueve la libertad de prensa, empezó a publicar una lista de “Enemigos del Internet“. La organización clasifica a un país como enemigo del Internet a “todos aquellos países se caracterizan no solo por su capacidad de censurar noticias e información en línea, sino también por su represión casi sistemática de los usuarios de Internet“. Los 5 “Estados enemigos del Internet” nombrados en marzo de 2013 fueron: Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam. Esta lista no ha sido actualizada desde entonces. Wikipedia. Censura y vigilancia del internet por país.
Actualmente, existe restricción a noticias políticas en Burundi, Etiopía, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Honduras (parcialmente) y Turquía, y hay restricción a medios sociales en Belarus, Corea del Norte, Etiopía, Turkmenistan, Turquía, Uzbekistan. Arabia Saudita y Rusia impulsaron legislaciones para legalizar el filtrado de información por Internet.
En Corea del Norte la navegación no autorizada de Internet es una actividad peligrosa. Los principales teléfonos inteligentes, tabletas, sistemas operativos y navegadores utilizados en el país fueron desarrollados por el gobierno, y el contenido en los aproximadamente 5,000 sitios web accesibles está estrictamente controlado.
Si hay una historia que pueda resumir las causas contemporáneas de la censura en Internet, esta tuvo lugar en Egipto. En enero de 2011, activistas egipcios, inspirados por un levantamiento exitoso en Túnez, comenzaron a organizar una manifestación usando Facebook. En cuestión de días, miles de manifestantes se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para protestar contra el régimen de Mubarak.
El gobierno egipcio pronto tomó la “audaz” medida de cortar el acceso a internet del país. La respuesta fue que miles se sumaron a las protestas. El régimen de Mubarak rápidamente se dio cuenta de su error: nunca cortar el acceso a Internet.
Mubarak finalmente fue forzado a renunciar después de solo 18 días de protestas masivas. La Primavera Árabe de Egipto demostró dos cosas: el poder de organización de Internet y la rapidez con la que un gobierno puede decretar la censura en Internet. La censura en Internet: El estatus de la libertad en la red en 2018.
Como puede observarse, el autoritarismo sigue presente actualmente en muchos países y el Gran Hermano hoy usa la tecnología para vigilar y controlar a los ciudadanos.
En las dictaduras de tipo marxista el fenómeno totalitario no es parte intrínseca de la doctrina que las determina pero sí parece ser una consecuencia de su aplicación práctica.
… Las diferentes corrientes marxistas han dado diferentes respuestas al fenómeno desde las restricciones que el marxismo impone a una definición particular de dominación política que implica tanto una ingeniería social consciente como una dominación determinada políticamente, ambas situaciones previstas sólo unas pocas veces en el análisis histórico marxista de la sociedad (que considera irrelevante la autonomía privada de la volición individual como paso necesario para la expresión libre de una determinada consciencia de clase. … Esta subordinación es parte necesaria de la capacidad del socialismo de ejercer un control consciente sobre la construcción de toda la sociedad. … esta subordinación no es voluntaria sino coercitiva, y su competencia interna por el poder va delegando las jefaturas hasta un individuo único, líder e ideólogo, tomado como referente para el ejercicio de un culto a la personalidad. Wikipedia, Totalitarismo.
El guión para construir el estado totalitario que Hakey magistralmente describió hace ya 85 años y Orwell retrató hace 70, fue documentado con evidencias surgidas de fuentes oficiales por Hannah Arendt muy poco después en “Los orígenes del totalitarismo”.
Lo interesante, desde luego, no es que la China comunista sea diferente de la Rusia comunista o que la Rusia de Stalin fuera diferente de la Alemania de Hitler. La ebriedad y la incompetencia que tan ampliamente asoman en cualquier descripción de la Rusia de los años 20 ó de los años 30, y que siguen estando hoy muy extendidas, no desempeñaron papel alguno en la Alemania nazi, mientras que la indecible y gratuita crueldad de los campos alemanes de concentración y de exterminio parece haber estado considerablemente ausente de los campos rusos, donde los cautivos morían de abandono más que de tortura.
… Lo que en nuestro contexto resulta decisivo es que el Gobierno totalitario resulta diferente de las dictaduras y tiranías; la capacidad de advertir esta diferencia no es en manera alguna una cuestión académica que pueda abandonarse confiadamente a los «teóricos», porque la dominación total es la única forma de gobierno con la que no es posible la coexistencia. Por ello tenemos todas las razones posibles para emplear escasa y prudentemente la palabra «totalitario».
… Por lo que se refiere a Stalin, las sorprendentes declaraciones de Kruschev, que —por la obvia razón de que su audiencia y él mismo estuvieron totalmente complicados en el asunto— ocultaban considerablemente más de lo que revelaban, tuvieron el desgraciado resultado de minimizar a los ojos de muchos (y desde luego a los de los eruditos con su amor profesional por las fuentes oficiales) la gigantesca criminalidad del régimen de Stalin, que, al fin y al cabo, no consistió simplemente en la difamación de unos pocos centenares de miles de destacadas figuras políticas y literarias, a las que se podía «rehabilitar» póstumamente, sino en el exterminio de los literalmente indecibles millones de personas a las que nadie, ni siquiera Stalin, podía considerar sospechosas de actividades «contrarrevolucionarias». Y fue precisamente con el reconocimiento de algunos crímenes como ocultó Kruschev la criminalidad del régimen en conjunto, y es precisamente contra este camuflaje y contra la hipocresía de los actuales dirigentes rusos —todos los cuales se prepararon y progresaron bajo Stalin— contra lo que se halla ahora en casi abierta rebelión la joven generación de intelectuales rusos. Porque ellos saben todo lo que es necesario saber sobre «las purgas masivas y la deportación y el aniquilamiento de pueblos enteros». La explicación que de los crímenes formuló Kruschev —la demente suspicacia de Stalin— ocultaba el aspecto más característico del terror totalitario, el de desatarse cuando ha muerto ya toda oposición organizada y el dirigente totalitario sabe que ya no necesita temer nada. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la evolución rusa. Stalin comenzó sus gigantescas purgas no en 1928, cuando admitió: «Tenemos enemigos internos», y cuando tenía razones para sentir temor —sabía que Bujarin le había comparado con Genghis Khan y que estaba convencido de que la política de Stalin «estaba conduciendo al país al hambre, a la ruina y a un régimen policíaco».
… el Archivo de Smolensko tiende a confirmar lo que ya sabíamos de fuentes menos irrefutables. Esto es incluso cierto en el caso de algunas de sus curiosas lagunas, especialmente las referentes a los datos estadísticos. Porque esta ausencia demuestra simplemente que, como en otros aspectos, el régimen de Stalin era implacablemente consecuente: todos los hechos que no estuviesen conformes o que ofrecieran la posibilidad de no coincidir con la ficción oficial —datos sobre cosechas, criminalidad, auténticos incidentes de actividades «contrarrevolucionarias», a diferencia de las ulteriores conspiraciones ficticias— eran tratados como carentes de existencia. Resultaba, además, completamente de acuerdo con el desprecio totalitario por los hechos y la realidad el que todos estos datos, en vez de ser recogidos en Moscú procedentes de las cuatro esquinas del inmenso territorio, fueran conocidos por vez primera en las respectivas localidades a través de su publicación en Pravda, Izvestia o cualquier otro órgano oficial de Moscú; de esta forma, cada región y cada distrito de la Unión Soviética recibía sus datos estadísticos oficiales y ficticios muy de la misma manera que recibía las no menos ficticias normas que le fijaba el Plan Quinquenal.
Enumeraré brevemente unos pocos de los más sorprendentes puntos que antes podían ser sólo supuestos y que ahora han quedado demostrados por pruebas documentales. Siempre habíamos sospechado, pero no lo sabíamos con certeza, que el régimen nunca fue «monolítico», sino que se hallaba «conscientemente construido en torno a funciones superpuestas, duplicadas y paralelas» y que su estructura grotescamente amorfa era conservada unida por el mismo principio del führer —el llamado «culto de la personalidad»— que hallamos en la Alemania nazi; que la rama ejecutiva de este Gobierno especial no era el Partido, sino la policía, cuyas «actividades operacionales no eran reguladas a través de los canales del Partido»; que las personas enteramente inocentes a quienes el régimen liquidó, a millones, los «enemigos objetivos» en el lenguaje bolchevique, sabían que eran «delincuentes sin un delito»; que fue precisamente esta nueva categoría, diferenciada de los primeros auténticos enemigos del régimen —asesinos de funcionarios del Gobierno, incendiarios y bandidos— la que reaccionó con la misma «completa pasividad» que conocemos también a través de las normas de conducta de las víctimas del terror nazi. Nunca hubo duda alguna de que la «oleada de denuncias mutuas» durante la Gran Purga resultó tan desastrosa para el bienestar económico y social del país como eficaz para fortalecer al dirigente totalitario, pero sólo ahora conocemos cuán deliberadamente puso en marcha Stalin «esta amenazadora cadena de denuncias» cuando proclamó oficialmente el 29 de julio de 1936: Inalienable calidad de cada bolchevique en las circunstancias presentes debe ser la capacidad para reconocer a un enemigo del Partido por muy bien enmascarado que pueda hallarse. (El subrayado es de la autora.) De la misma manera que la «Solución Final» de Hitler significaba para la élite nazi la obligatoriedad de cumplir el mandamiento «Tú matarás», la declaración de Stalin prescribía: «Tú levantarás falso testimonio», como norma directriz de la conducta de todos los miembros del Partido bolchevique. … La verdad es que el precio de la dominación totalitaria fue tan alto que ni en Alemania ni en Rusia ha sido todavía completamente pagado.
… Es cierto que la superioridad de la policía secreta sobre el aparato militar constituye característica determinante de muchas tiranías y no sólo de la totalitaria; pero en el caso del Gobierno totalitario la preponderancia de la policía no responde simplemente a la necesidad de reprimir a la población en el país, sino que encaja con la reivindicación ideológica a una dominación mundial. … Así, los nazis emplearon esencialmente sus tropas SS como fuerza de policía para la dominación e incluso la conquista de territorios extranjeros, con el propósito final de amalgamar el Ejército y la policía bajo la dirección de las SS.
… Menos bien conocido, pero quizá aún más convincente, es el hecho de que el propio y más ambicioso intento de Kruschev de invertir el proceso de des-totalitarización concluyó en un completo fracaso. En 1957 presentó una nueva «ley contra los parásitos sociales» que hubiera permitido al régimen reintroducir las deportaciones en masa, restablecer los trabajos forzados en gran escala y —lo que resulta más importante para la dominación total— desencadenar otra oleada de denuncias en masa; porque se suponía que los «parásitos» habían de ser seleccionados por el mismo pueblo en reuniones de masas. La «ley», sin embargo, tropezó con la oposición de los juristas soviéticos y fue desechada antes siquiera de que hubiera podido ser ensayada. En otras palabras, el pueblo de la Unión Soviética ha pasado de la pesadilla de la dominación totalitaria a los múltiples peligros, dificultades e injusticias de la dictadura de partido único, y aunque es enteramente cierto que esta moderna forma de tiranía no ofrece ninguna de las garantías del Gobierno constitucional, que, «incluso aceptando los presupuestos de la ideología comunista, todo el poder en la URSS es, en definitiva, ilegítimo» y que, por ello, el país puede volver a caer en el totalitarismo de un día para otro sin que se produzcan revueltas importantes, también es cierto que la más horrible de todas las nuevas formas de gobierno, cuyos elementos y orígenes históricos trato de analizar, concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler. Hannah Arendt. Los orígenes del totalitarismo (1951)
De manera que ese guión para construir el estado totalitario ha sido seguido en todo o en parte por diversos regímenes en todo el mundo. Desde la extinta URSS, sus satélites europeos del “campo socialista”, la China de Mao, la Camboya de Pol Pot, y la actual Corea del Norte. Pero también fue aplicado en gran parte por los regímenes autoritarios y dictaduras –que Arendt distingue de los totalitarios porque en ellos no existe autoridad ni jerarquía intermedia– que se han sucedido en diferentes momentos y lugares del mundo. Tanto el fascismo como el nazismo siguieron el modelo soviético de dictadura y la represión violenta de los disidentes. Ciertamente, como dice Arendt, “el totalitarismo concluyó en Rusia con la muerte de Stalin de la misma manera que el totalitarismo acabó en Alemania con la muerte de Hitler”. A eso podríamos agregar que también en China con la muerte Mao.
Pero muchos catalogan con este término el franquismo en España, como se conoce al período de la dictadura de Francisco Franco, surgido tras la guerra civil de 1936-1939 y que se prolongó hasta su muerte en 1975. Sus bases fueron el nacionalismo español, el catolicismo, el fascismo y el anticomunismo, que sirvieron de apoyo a una dictadura militar totalitaria que se autoproclamó como «democracia orgánica» en oposición a la democracia parlamentaria.
Sin embargo, el autoritarismo y las dictaduras han implementado diferentes aspectos y hasta han seguido un guión similar. Empecemos por entender estos conceptos.
Dictadura, forma de gobierno en la que una persona o un pequeño grupo posee el poder absoluto sin limitaciones constitucionales efectivas. El término dictadura proviene del título latino dictador, que en la República Romana designaba a un magistrado temporal al que se le otorgaban poderes extraordinarios para hacer frente a las crisis estatales. Los dictadores modernos, sin embargo, se parecen más a los tiranos antiguos que a los dictadores antiguos. Las descripciones de los filósofos antiguos de las tiranías de Grecia y Siciliair muy lejos en la caracterización de dictaduras modernas. Los dictadores suelen recurrir a la fuerza o al fraude para obtener un poder político despótico, que mantienen mediante el uso de la intimidación, el terror y la supresión de las libertades civiles básicas. También pueden emplear técnicas de propaganda masiva para mantener su apoyo público. Dictatorship. Encyclopaedia Britannica.
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por un solo líder o grupo de líderes y pluralismo político limitado. Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que «quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas»; por lo tanto, las dictaduras no son «democracias» Dictadura. Wikipedia.
El concepto de dictadura corresponde a un tipo o sistema de gobierno … cuyos poderes estatales legislativos, judiciales y ejecutivos recaen directa y exclusivamente sobre un individuo o, en muchos casos, grupo político como puede ser un partido hegemónico. https://psicologiaymente.com/social/tipos-de-dictadura
En ciencia política y sociología el concepto de “autoritarismo” no tiene una definición unívoca, lo que permite identificar como autoritarias muchas y muy diferentes ideologías, movimientos y regímenes políticos. Autoritarismo. Wikipedia.
Según estas definiciones, todas las dictaduras son autoritarias, desde el momento en que impiden las elecciones libres. Sin embargo, no todos los regímenes autoritarios son o han sido dictaduras.
En los gobiernos autoritarios se restringen las libertades civiles e incluso sociales, de pensamiento y de reunión. Cualquier confrontación con el Estado se suele considerar como un acto de conspiración y traición. En ocasiones, sin ningún tipo de evidencia, eludiendo así cualquier tipo de justicia.
Es importante mencionar que los regímenes autoritarios y dictatoriales en América Latina han abrazado ideologías de diferentes extremos del espectro político. Entre las principales podemos mencionar la de Jorge Rafael Videla en Argentina, Hugo Banzer en Bolivia, Alencar Castelo Branco, Artur da Costa e Silva, Emílio Garrastazu Médici, Ernesto Geisel y João Figueiredo en Brasil, Fulgencio Batista en Cuba, Augusto Pinochet en Chile, Hosni Mubarak en Egipto, Carlos Castillo Armas en Guatemala, Saddam Husein en Irak, Muammar al-Gaddafi en Libia, Anastasio Somoza (padre e hijo) y Daniel Ortega en Nicaragua, Hafez al-Asad y su hijo Bashar al-Asad en Siria, Manuel Noriega en Panamá, Alberto Fujimori en Perú, Alfredo Stroessner en Paraguay, Leónidas Trujillo en República Dominicana, Juan Vicente Gómez en Venezuela, entre otros.
Otros países tienen dictaduras de partido único, donde el gobernante lo designa el partido, como en el caso de China, Cuba, Laos y Myanmar, las monarquías islámicas como en Arabia Saudí y Omán, las dictaduras religiosas como en Irán, los regímenes híbridos que cuentan con rasgos democráticos y autoritarios por la preponderancia permanente de un partido como en Singapur y Sudán.
En todos los casos, los regímenes autoritarios y los dictatoriales concentran el poder en una persona o una organización o partido y el Estado tiene el papel central en conducir la economía y la sociedad.
Sin embargo, desde que existe el Estado, en la historia antigua tanto como en la reciente, los monarcas, los regímenes totalitarios, dictatoriales o autoritarios siempre tuvieron que recurrir al apoyo de una elite generosamente recompensada para sostener su poder.
En los Discursos observa Maquiavelo que todo aquel que pretenda establecer un gobierno de libertad e igualdad fracasará, «a menos que, aparte de esa igualdad general, a un número de los espíritus más osados y ambiciosos los haga caballeros, no solo de nombre sino de hecho, dándoles castillos y posesiones, así como dinero y súbditos, para que, rodeado de ellos, pueda mantener su poder y ellos, con su apoyo, puedan satisfacer su ambición».
En la historia reciente, la mayoría de estos regímenes gobiernan en un sistema económico de mercado distorsionado por la presencia de grupos oligárquicos que medran a la sombra del poder político. En América Latina, el “capitalismo de compinches” ha reinado en todos los países del subcontinente.
El poder arbitrario de muchos regímenes autoritarios no comunistas, además, se fortaleció por muchos años mediante la imposición del Estado para limitar o constreñir el funcionamiento de una economía de mercado. La dictadura militar brasilera (1964-1985) construyó numerosas empresas del Estado para consolidar y ampliar su poder. El último gobierno militar argentino (1976-1983) estableció feudos económicos para proteger el poder del ejército, de la marina y de la aviación. La dictadura del general Augusto Pinochet en Chile se apropió de la gran minería cuprífera chilena para financiar y abastecer el presupuesto militar. La política fiscal del autoritarismo mexicano dependió por décadas de los ingresos de Petróleos Mexicanos, la principal empresa del Estado. El último gobierno militar peruano (1968-1980) se fundó precisamente sobre un intento de reducir en lo posible la importancia de la economía de mercado. En estos y otros casos, la limitación de la economía de mercado por parte del Estado autoritario permitió y estimuló el abuso y la corrupción, y redujo las libertadas democráticas. Jorge I. Domínguez. Cinco falacias sobre la democracia en América Latina
Aunque Domínguez se limita principalmente a ejemplos de las dictaduras militares latinoamericanas, todos los gobiernos autoritarios civiles también han promovido el “capitalismo de compinches”.
Sin embargo, en el mundo de hoy persiste aún el culto al totalitarismo por ciertos grupos opuestos a la democracia y la libertad. Tan reciente como en septiembre de 2019, el Parlamento Europeo publicó una resolución titulada Importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa recordando que muchos países del este de Europa fueron “sometidos a dictaduras, a veces bajo la ocupación o la influencia directa de la Unión Soviética, durante medio siglo, y continuaron privados de libertad, soberanía, dignidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico”; que “sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos”; y que es de vital importancia para la unidad de Europa “recordar a las víctimas de los regímenes totalitarios y autoritarios, y reconocer y divulgar el legado común europeo de los crímenes cometidos por las dictaduras estalinista, nazi y de otro tipo”.
Acusa directamente a Rusia de seguir “siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado;” y por “los esfuerzos de los actuales dirigentes rusos por distorsionar los hechos históricos y ocultar los crímenes perpetrados por el régimen totalitario soviético, esfuerzos que constituyen un peligroso elemento de la guerra de la información librada contra la Europa democrática con el objetivo de dividirla, y pide a la Comisión, por tanto, que luche firmemente contra ellos;”
En su parte resolutiva “condena en los términos más enérgicos los actos de agresión, los crímenes contra la humanidad y las violaciones masivas de los derechos humanos perpetrados por los regímenes comunista, nazi y otros regímenes totalitarios; … Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo. … manifiesta su inquietud ante los casos que se han denunciado, en algunos Estados miembros, de colusión entre, por un lado, líderes políticos, partidos políticos y fuerzas de seguridad y, por otro, movimientos radicales, racistas y xenófobos de distintas denominaciones políticas; condenando la distorsión de los hechos históricos y la utilización de símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión; Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión; Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado, como medio para fomentar, en particular entre las generaciones más jóvenes, la resiliencia ante las amenazas modernas que se ciernen sobre la democracia;”.
El fantasma del totalitarismo y el autoritarismo todavía deambula por el mundo, los europeos lo reconocen como una amenaza real a la democracia y la libertad y por eso llaman a combatirlo.
Arturo J. Solórzano
Junio de 2019